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Carlo salía del hospital con una una máscara puesta, tratando que lo vieran el mínimo de personas. Había ido a robar algunas bolsas de sangre, pues no les gustaba matar a gente solo para poder comer. Solo lo hacían a las personas que se lo merecían o las que solo sabían joder.
Habían llamado a la policía pero como los oficiales de Marbella no eran los mejores, tardaron en llegar al llamado. Para ese entonces Carlo ya se encontraba por llegar al apartamento donde se encontraba su hermano.
Estaba apunto de ingresar pero su celular sonó, estaba apunto de colgar sin siquiera ver quién era pero al ver el nombre del contacto decidió no hacerlo. Sin decir nada coloco el móvil en su oreja esperando en silencio a que la persona de la otra línea empezará a hablar.
— ¿Carlo? — Hablo Raúl, se notaba el nerviosismo en su voz —. ¿Me escuchas?
— ¿Que quiere? — Soltó de golpe.
— Escucha Carlo, de verdad, necesito que me digas dónde están. No sabes la que se está liando, el negocio de las pirulas estaría en peligro si no fuera que García y el chino están controlando los movimientos de las demás mafias. Así que por favor dime dónde están, necesito verlo —. Suplico.
—¿Así? ¿Quiere insultarlo a caso? Si es así, diga lo que quiera ahora, por qué ya no tendrá otra oportunidad. Nos iremos de Marbella, así que si quiere despreciar a mi hermano, puedo pasarle el recado para que lo mandé a tomar por culo —. Estaba apunto de colgar.
—¡No cuelgues, por favor! ¡Carlo, lo amo! — El italiano se detuvo. —¿¡Entiendes!? ¡No sabes la desesperación que he pasado estos días, por no saber nada de él! —. Pudo notar como Salinas arrastraba un poco la voz. — ¡Lo amo, tal vez no te agrade que seamos novios, ni a ti, ni al chino, ni a otro! ¡Pero ustedes pueden irse a la chingada, si nosotros somos felices con eso basta! Sí Toni es feliz conmigo, no puedes alejarlo. Lo amo y por eso me preocupo por el, así que dime Carlo ¿dónde están?.
Pudo jurar que Raúl casi rompía en llanto durante esas palabras, al igual que la desesperación desbordando en su voz. Suspiro.
— Te mando ubicación.
—... Gracias.
— Nos vemos —. Colgó.
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