ORUM.

Prologo

Prologo.

Después de que mis ante pasados decepcionaran a Eón innumerables veces, él les castigo separando los cielos, en lo que ahora se conoce como “Cielo alto” y “Cielo bajo”, dejando por resultado dos clases de ángeles.

¿Qué cómo se distingue un ángel del Cielo alto de uno del Cielo bajo? Fácil. Físicamente, los ángeles del cielo alto son simples creaturas de luz, con hermosas alas blancas, cubiertas por plumas y unos hermosos y penetrantes ojos azules, denominados primeramente como “ángeles blancos”, encargados del cuidado de Orum,  y de que siga su curso tal y como debe ser. Por su lado, un ángel del Cielo bajo, o bien llamados “ángeles negros”, son seres oscuros, que por cometer distinguidos errores, por órdenes de Eón fueron enviados al Cielo bajo, condenados a habitar en la oscuridad y soledad por el resto de su vida. Se les distingue por tener unas cortas alas negras, debido a que los primeros ángeles negros, en un principio fueron blancos, que al ser enviados al Cielo bajo, les fueron amputadas la mitad de sus alas y sus intensos ojos azules se volvieron oscuros. No es secreto que existe una obvia rivalidad entre ambos cielos  y que entre ángeles blancos y negros no hay una buena relación, por lo que desde el momento de la separación de cielos, los descendientes de esos ángeles nacían con las características de sus padres, ya fueran oscuros o claros. Fue esa la razón por la que la población de ángeles negros era cada vez más y más basta.

Cientos de Utus después, cuando los ángeles negros contaban con un ejército lo suficientemente grande, declararon una guerra sin sentido al cielo alto, solo por la envidia y odio que los corrompe. Esa guerra que duro casi 2 Utus, dejo como saldo miles de ángeles muertos, tanto en batalla, como a manos de su propio cielo, pues durante la guerra, muchos ángeles que se negaban a pelear, eran protegidos por sus contrarios, por lo que su propio cielo les castigaba con ejecución por “traición”.

Durante el tiempo de Guerra, existió un hermoso ángel blanco llamada Marguet, quien se negaba por completo a pelear en esa guerra, debido a que su pareja, Omael, había fallecido en esta, dejándola sola a ella y su único querubín, Yerathel. Marguet fue enviada a combatir por órdenes del canto, una comuna de sabios ángeles que rigen el cielo alto. Pocos días después de ser enviada a luchar, fue capturada por un grupo de ángeles negros y llevada al cielo bajo. El ángel encargado de esas tropas, Zuriel, ordeno que ella solo debía ser prisionera, orden que llego a oídos de los altos mandos en ambos cielos. Se hicieron rumores sobre que aquel rudo y cruel ángel negro, había caído en los encantos de esa bella y delicada ángel. No paso mucho cuando ambos cielos intentaron separarlos, pero para cuando tomaron esa decisión, ambos habían huido.

Muchos dicen que paso casi un siglo cuando un ángel blanco los encontró en algún recóndito lugar del cielo bajo. Aquel ángel informo al canto y estos devolvieron a Marguet al cielo alto, mientras Zuriel era condenado por su propio cielo. Marguet fue perdonada por el canto debido a que en su vientre llevaba a un pequeño querubín a punto de nacer, pero un su delirio de amor, ella se negaba a seguir viviendo sin la presencia de Zuriel, pues ya había perdido un amor y no estaba dispuesta a hacerlo de nuevo.

El día en que nació su querubín, a Marguet le importo poco si moría en el intento por rescatar a su amado, quien para su fortuna, había sido perdonado y liberado por los ángeles negros, pero a ella no se le había informado, así que cuando le encontró para darle su gran noticia, fue sorprendida y ejecutada por Luciel, el ángel encargada del Cielo bajo.

Como venganza, ángeles blancos se encargaron de capturar y asesinar a Zuriel, provocando que el Cielo bajo atacara con todo lo que tenía, lo que causo aun mas pena y muertes. Fue hasta que un ángel del canto, pacto una tregua con Luciel cuando le dio a conocer la identidad del pequeño querubín de Marguet y Zuriel, pues por fin tenían algo que los unía, había nacido un ángel mestizo, lo que hacía que atacar al Cielo contrario, sería como traicionar a su propio Cielo.