Capítulo 34: A solas II

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—No debes preocuparte por este tonto, princesa

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—No debes preocuparte por este tonto, princesa. Ya tienes mucho en tus hombros como para cargar conmigo.

—Igual tu estas cargando conmigo, Williams.

—Princesa, tú no eres una carga y tus problemas tampoco lo son.

—Pero no es justo. Te he traído hasta aquí..

Sollozo un poco al tenerla a mi vista. Verla así con la luz que enfocaba su rostro por parte de esa ventana a casi centímetros de la cama en la que estábamos ambos.

—Princesa, mírame— Volví a poner mi mano en su barbilla al momento que clavó sus hermosos ojos en los míos. —Si quieres saber cómo me siento, diré que estoy bien, pero en el fondo no lo estoy. Por ahora lo que me preocupa eres tú. Elizabeth, tu estas siendo el destello que detiene mi barco en medio de las grandes olas en el océano para seguir aquí.

—Williams..

—Shhh..— Solo la detuve antes de que dijera otra palabra. —No es nada malo, pensaremos en mi en otro momento. No quiero hundirte también conmigo en este barco. No podría.

—Williams— Quería seguir deteniéndola pero ella me gano. —Williams, cállate— Aparto mi mano con lentitud de donde la tenía puesta —Quiero hundirme. Déjame caer al vacío contigo también.

Seguía viéndola fijamente a sus ojos cuando aún se escuchaba el aire salir por aquella ventanilla. Algunos pasos invadieron del silencio, provenían de fuera de la habitación pero ella dejó bajo llave para que no entraran en el. Así quitando su privacidad.

—No quiero que caigas, princesa— murmure.

—Entonces caigamos los dos, por favor.

Escuche de sus labios y solo le regale una leve sonrisa a ella cuando lo había dejado escapar de sus labios que estaban con ese labial que a lo lejos podía oler el sabor a fresas. No era de un color como lo mencionado, era un Gloss labial.

¿Nathan sabe de labiales? Pues búrlense pero si. Si sabia que tipo de los labiales usaban las chicas, no era por estar en la sección de maquillaje para solo mujeres. Cada cuando cumplía años mi hermana tenía que ir al Macy's por comprar algún tipo de producto para su cara como obsequio, pero terminaba por comprar en el Walgreen algún labia como el que ella andaba puesto esta noche.

—Caeré contigo, Williams— Habló para que prestara atención a lo que dijo nuevamente.

—Caigamos juntos, princesa.

Al solo decirlo me acerqué a ella para tenerla en mis brazos. Se que no quería que la tocara o rozara mis brazos con su piel suave pero quería su calor para mantenerla junto a la mía, que se apoderara de mí en aquellos instantes en esa habitación. Ahora quiero ser más para ella, al igual que yo le estaba permitiendo ser una parte importante en mi vida.

The Crush © [ En proceso ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora