Capítulo 3: Esther

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Acabamos de darnos esa bienvenida muy nostálgica llena de abrazos y risas que la verdad fue bien cursi, pero es algo alegre y te llena de emoción volver a encontrarte de nuevo a esas personas que han sido especial para ti

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Acabamos de darnos esa bienvenida muy nostálgica llena de abrazos y risas que la verdad fue bien cursi, pero es algo alegre y te llena de emoción volver a encontrarte de nuevo a esas personas que han sido especial para ti. Sin importar el tiempo, los meses o los años que lleguen a pasar pero siempre tendrás esa emoción de volverlos a ver.

Decidimos sentarnos y hablar de todo lo que pasamos en el verano, aunque en mi persona solo pasaba encerrada en mi habitación viendo series o películas. No importaba cuantas veces llegara a verlo, nunca me aburría, y si, mi vida no es tan divertida como todos lo esperan, pero no trato de impresionar solo por tener lo que algunos tienen que mostrar o presumir. Igual si eso pasara solo tendría un corto tiempo para presumirlo ya que no todo es para siempre.

Un noviazgo no es para toda la vida, ni tampoco las amistades son para siempre. Tarde o temprano las personas que tenemos a nuestro alrededor se irán, y quedaremos solos. Eso debía tenerlo en claro, pero era difícil de aceptar que pocas amistades podrán quedarse en tu vida aunque sean de las mejores. El tiempo te regalara lo necesario para disfrutar de personas que llegan a poner tu mundo de cabeza, pero de pronto un día llegara y sin notarlo te arrebatan lo que te hacia sentir bien y hasta feliz.

—Bueno ya de todo esto aburrido de las vacaciones tengo algo que les encantara—. Sali de mis pensamientos y escuche a Esther con una voz bien emocionada por mostrarnos la sorpresa que nos tenia.

—¡Ya quiero saber que es!—Leah se ponía cómoda y tenia una sonrisa de par a par en su rostro.

—No esperes que sea un regalo sorprendente para ti, LE.

—Algún día espero tener ese regalo—. Note que al decir eso había hecho un puchero para pretender que estaba "triste".

—Te prometo que lo tendrás pronto—Entre carcajadas lo decía pero que hablaba en serio era cierto.—Miren, se que es inicio de clase pero que tal si, ¿ponemos un poco de acción el día de hoy?— Su expresión se había puesto de una manera picara y maliciosa.

—Adivino, la sorpresa que nos traes es un bebida para emborracharnos, ¿no?— Esas palabras habían salido de mi boca mientras me paraba para estirarme un poco.

—Por poco y te digo bruja, Nelly—. Tomo su mochila y saco un bote de plástico el cuál estaba llena de una bebida alcohólica: Vodka.

Era raro y extraño ver que un par de adolescentes de tan siquiera dieciséis o diecisiete años de edad comiencen a llevarse por las bebidas alcohólicas, pero hay que ser sinceros, más de la mitad de los adolescentes quieren experimentar las cosas que los adultos llegan hacer. Aparte del alcohol era también perder la virginidad pero otros se iban por las drogas, nosotros como adolescentes estamos bien claros de lo que hacemos y llegaremos a hacer.

No es por motivos de depresión, o porque estamos estresados por cosas que no tienen importancia en la vida. Nuestras ansias de experimentar cosas como estas es inevitable, pero no todos pensamos lo mismo, algunos pensaran que esto es malo en hacer y claro que tienen la razón pero para otros es sentirse como un adulto mayor.

The Crush © [ En proceso ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora