Capítulo 24: Emociones y Confusiones

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—Si lo fue

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—Si lo fue. Acepto tus disculpas— Puse mis brazos en los extremos de la barandilla.

—Me alegra.

—¡Capitán Williams debe venir aquí ya mismo!— El entrenador gritó y a su vez usó su silbato para llamar más su atención.

—Tienes que irte— Lo mire nuevamente luego de que robaran mi atención por aquel silbato.

—No quisiera irme, quiero admirar un poco más de ese lindo cabello suelto y despeinado que tienes

Termine de escucharlo y volvió esa ola de emociones que no podía manejarlo. Cuando decía algo o hacía algún movimiento me ponía de esta manera. No entendía porque con él era así, pero de pocos minutos con Oliver era tranquilidad. Era yo misma.

—No comiences— Me separe de las barandillas pero el me tomo con gentileza para no hacerme daño. —Nathan, no puedo entender lo que pasa. Eres como un laberinto, y eso que apenas llevábamos más de un día completo tratando de conocernos.

—Tienes razón... Lo siento, soy muy difícil para que me entiendan, o sea yo mismo.

Soltó mi brazo y lo vi apartarse poco a poco.

—¡Hey!— Me estire un poco para tomarlo de su casco que llevaba en su mano. —No tienes que volver a disculparte, solo quiero que seas tú. Quiero que seas realmente tú, conmigo y ya.

Volvía a acercarse a mí, sin importar de lo poco alto que eran las barandillas solo se alzó un poco para quedar de la misma estatura que mi.

—Algún día te dejare que tengas el poder de conocerme realmente.

Ambas manos tenía aún puestas en la barandilla y así cruzando con las suyas también. Me captan por completo sus ojos verdes, demasiados claros que parecían ser prohibidos de ver por tanto tiempo. Otra vez ese atardecer tomaba puesto en este día, así volviendo a dar un hermoso tono que se enfocaba en el rostro de aquel joven de rostro fino y perfecto.

—Espero me dejes conocerte—. De verlo por tantos segundos solo le regale una sonrisa, él mismo lo hizo al ver que sonreía.

Estuvimos por un largo tiempo sin importar los sonidos de aquel silbato que quería llamar la atención de ambos. No fue algo incómodo, era algo especial por aquellos minutos que solo querían dejarme en claro que podía conocer aquel ser que oculta demasiado en las sombras. Era muy pronto de todo esto pero quería estar segura de poder llevar esta carga en mis hombros, pero no resultaría fácil.

De estar así solo escuche como las jóvenes iban con ánimo hacia el campo, robando la atención de todos los que estaban ahí alrededor. Y eran nada más que las bellas porristas, preferiblemente conocidas como las Z. El grupo era formado por las estudiantes de la institución, pero principalmente por Kelly; la mejor porrista que el instituto ha tenido estos últimos años.

The Crush © [ En proceso ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora