VII Del primer Bloque:

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El que dijese que ser Comandante es fácil, ¡es un tonto! Las mujeres caen a sus pies, normal, y los hombres lo ven con odio por acaparar la atención de sus mujeres. ¿Pueden culparlas? Enit Tyggr y su Archer decidieron pedir ayuda a sus ayudantes en la villa enviando un mensajero, solo que vinieran a asistirlos, nada fuera de lo común. Quién diría que esos cuidadores de caballos en realidad llegarían con un séquito, carruajes y ropa lujosa. Un poco más y ponían en sus cabezas letreros de compra y venta, esto es peligroso para su investigación.

Llegaron en poco tiempo a la unión de Vagle, allí hubo asentamientos fugaces ya que el agua tiende a subir y arrastrar las chozas, los pueblerinos únicamente pueden emigrar en busca de mejor tierra, una no tan undosa.

-¿Es aquí? -preguntó el Archer frente a una choza destartalada, ahí afuera un viejo de sombrero destripaba un conejo. Ya comenzó la llovizna matutina, al parecer al viejo eso no le importó, se quedó sentado bajo el agua con los pies descalzos y un cuchillo en la mano.

-Sí, aquí. ¡Quédense atrás! -ordenó al séquito y este obedeció. Muchos de los ayudantes vinieron con los soldados, ellos creyeron que la orden solo fue para los desconocidos, por lo tanto avanzaron al lado de su jefe. La mayoría son casi jóvenes inexpertos que han llevado un labor servil desde la cuna, hijos de esclavos y mendigos acogidos por el establo, no saben de montar con propiedad, desentoranan con los dos caballeros.

-Me recuerdas una cosa -pidió a su Archer, los ayudantes prestaron atención en su trayecto-, ¿por qué contraté a estos idiotas?

Los ayudantes bajaron sus cabezas desanimados, los pobres inútiles calbalgaron sin cuidado y por poco chocan.

-Presenta, primer ayudante -Archer instruyó a un ayudante, es un chico demasiado joven, apenas un niño, Archer lo eligió por ser menos torpe que los otros.

El primer ayudante respiró hondo, con valor pasó al frente viendo a los asentados, son un grupo numeroso.

-¡Lord Tyggr está presente! -exclamó, su voz llegó a todos los presentes, los mismo se arrodillaron sin importar la lluvia.

-¡Es el Conde de Leviatán! -Se escuchó entre los asentados.

Archer se pegó en la cara con la palma, ¿el menos torpe?, el más idiota mejor dicho, eso es el primer ayudante. Ese niño no comprendió la jerarquía y llamó al hijo un Lord [1], un dueño de tierra y ascendido... Que no se entere el Conde o los azotaran a todos.

Enit Tyggr por otra parte, no prestó atención al ayudante, ya experimentó la falta de inteligencia de sus ayudantes, esto no le sorprende. Además, ¿puede culpar al sirviente?, que no conozca la nobleza es normal. Avanzó mientras el Archer reprendía a los ineptos.

-Usted no es Lord Tyggr -habló el viejo levantando con ligereza su sombrero de paja, el único que no mostró respeto-. Es su hijo con nombre de mujer -soltó sin cuidado. Al mismo tiempo los ayudantes se disculpaban, fueron ruidosos, gracias a ellos las palabras despectivas del viejo quedaron disminuidas.

-¿Cómo lo sabe? -inquirió Enit Tyggr bajando de un salto, miente si dice que no quiere cortarle la lengua al viejo, pero es el Comandante ahora-. ¿Me invita? -Señaló la choza.

-Odio a los intrusos, en especial a los nobles -el viejo es ácido y no teme perder la cabeza, a Enit Tyggr le encantó eso.

Los Segundos Señores -Primer Bloque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora