La bestia de Vagle no volvió a aparecer, esto a Tyggr no le molesta, sino da curiosidad su ausencia y tal vez astucia.
—Quizás también está peleando por ser el nuevo regente —Se burló Archer—. Oh, han quemado la residencia de su Señoria el Marqués Rayner Welden.
Aún en la capital, más bien la villa de la capital, el Comandante fue obligado a tomar partido y lo hizo con evidente preferencia hacia el príncipe heredero Dietrich, lo que provocó un encarcelamiento. Si no fuera por el Conde Tyggr los hombres que "custodian" la puerta del Comandante ya habrían entrado para ahorcarlo, a su Archer también.
—¿Y eso me compete? Apenas el rey murió él se llevó al segundo príncipe. Es un traidor, sus ojos han sido vistos y no son sinceros —Como un partidario del primer príncipe, para Enit Tyggr esto parece traición. Solo siguió con su aburrimiento encarcelado.
—Con él adentro... —reveló por fin su Archer, parecía no querer asegurarlo. Bueno, si no hay cuerpo no hay difunto, no existe una forma de corroborarlo.
El Comandante, exvizconde y con nombre de mujer, Enit Tyggr no se preocupó demasiado. ¿No hay cadáver? Un viejo zorro tiene sus trucos, tampoco le sorprendería si mágicamente un rey revive.
En la casa encarcelada del Comandante solo se puede abrir una gran ventana por el momento, para ver a la gente pasar de aquí para allá, siempre atareada. Por allí cruzó una figura baja y delgada, está agazapado y su nombre es Wade, un poco más atrás dos figuras altas lo siguen.
—¿Encaleraron a nuestro jefe? —preguntó ingenuamente el menor, Adler, con intención de acercarse. Por otro lado, su hermano falto de un ojo lo tiró para cobrar compostura. Wade siendo menor que ellos en estatua y fuerza dirigió a los hermanos para no levantar sospechas.
Wade nunca subestimó la inteligencia de los hermanos, pero son de mente justa y simple, lo vieron extrañado cuando saco una bolsa de monedas y paró a una mujer vieja y flaca en la calle. No hablaron mucho, solo le entregó la bolsa de monedas y con sumo cuidado un saco de tela roja bordado con finos patrones; ¿de dónde lo sacó?
La vieja observó la bolsa de monedas y no le importa la más liviana, el recado es simple, solo entregar el saco al Archer del Comandante. La vieja le preguntó cómo haría para entrar, es una mendiga, para eso Wade llamó al hermano mayor y este le entregó unas verduras recién compradas. Hasta los prisioneros tienen que comer, ¿el Duque Regente dejará morir de hambre al heredero de un poderoso Conde? No lo cree.
Así la vieja se fue lento, a Wade le gusta las personas de mente simples, es efectivo, pues si el saco se monedas pesa más, ¡entonces vale más!
—¿Se lo diste? Ojalá, no quiero volver a ver esa maldita cosa nunca lo que me queda de vida —dijo Adler molesto, de tan solo pensar que ellos son los únicos que quedan de los ayudantes gracias a esa cosa, ¡la sangre hierve!
Luego de vociferar un rato los antiguos ayudantes se largaron, ahora el mejor lugar para ellos es Vagle, no muy lejos ni muy cerca. Allí en vagle extrañamente la señora del pueblo acogió a todos los "desertores" en sus posadas sin cobro alguno.
Pasaron dos días y el Comandante cambió de opinión, decidió declinar de su huelga y volver del lado ganador.
—¿Por qué? —Sir Brent se hallaba adelante, ahí el Comandante se sentó tan plácido que no parece un prisionero—. ¿Triste porque tú padre no llegó a salvarte? Todo es verdad, el heredero del Conde es sin duda un inútil.
Los soldados se rieron, sin embargo, ni el Comandante ni su Archer se movieron. Ambos tomaron té haciendo un ruido molesto, lograron disgustar al caballero.
—Vea a quien tiene delante, es un noble, no está a su altura —soltó sin cuidado el Archer, petulante. Aun así, el Archer tiene razón, el caballero no puede hablarle se esa forma a un Vizconde—. Para contestar a su pregunta, no le incluye el deber de indagar las razones de un noble. Es más, nosotros estamos en igualdad por ello le hablo yo, no mi honorable amo[1] —Burlón trajo un baúl bien sellado, con cada segundo que pasaba el Sir parecía querer matarlos a ambos—. Esta es la muestra de sinceridad.
Prontos los soldados atrás curiosos hablaron entre ellos, hasta el caballero Brent calmó sus humos e investigó el baúl. El dúo de petulantes no lo detuvo, pero ocultaron su sonrisa.
—Es un cuerno de unicornio —dijo Archer, Sir Brent tomó la vara delicada hecha de un cristal reluciente que jamás ha visto en su vida, con una expresión estúpida negó—. ¿No lo cree? ¿No lo ve? Ahí lo tiene, y no es para un sirviente, ni yo me atrevo a tocar tal reliquia sin cuidado, estaba guardo especialmente como obsequio de asunción para el príncipe heredero Dietrich. Dada la situación, el dueño cambió.
—¿Por qué? —preguntó por última vez el caballero, pero Archer volvió a tomar de su té como un buen sirviente; siempre unos pasos atrás del señor.
Apenas se fue el intruso, el señor y compañía respiraron aire puro.
—¿Crees de verdad que está maldito? —El Comandante tiene dudas serias, si no funciona es malo por el único hecho de ser su único plan. Ahora dependen de una maldición que no saben si existe o es el desvarío de un niño trastornado.
“Este es el cuerno maldito de la Cierva bendecida, no lo toquen con malicia. Desear que quien lo posea muera es una intención maliciosa, ¡no lo toquen directamente! Solo quedamos unos pocos con vida, quien posea o desee poder, perderá la cabeza en muy poco tiempo... ¡Espero le sea útil! ”.
—Veremos —contestó el Archer golpeando una pequeña cuchara en la porcelana—, si se muere está maldito, si no se muere no está maldito... ¡Simple!
Enit Tyggr avaló la agudez de su amigo, y en su corazón puso la imagen del primer ayudante Wade, ese niño merece el cielo por tener el valor de tomar en sus manos un cuerno maldito solo para ayudarlos. «No será Escudero, mejor a discípulo principal».
Glosario:
[1] El título de caballero es no-nobiliario.
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Los Segundos Señores -Primer Bloque
FantasíaPrimer Bloque de "Los Segundos Señores". Este Bloque se llama: "Los Vaughan". Sigourney es la segunda princesa del continente, sin duda una rosa con espinas agudas y voz estruendosa; al verse intimidada por un mendigo es obligada a casarse con el...