Junghwan y Haruto eran una pareja joven casi que perfecta. Siempre se les veía felices y sonrientes al lado del otro. Su amor parecía ser sacado de un cuento de hadas. Tan sólo eran unos enamorados que anhelaban tener un futuro juntos lleno de triunfos y metas logradas. Varias promesas tenían hechas y eran fieles a cumplirlas.
Se habían conocido en la preparatoria, ambos eran nuevos en el instituto, por lo que ninguno de los dos conocía mucho el lugar y a los demás estudiantes. Al verse ambos perdidos, tomaron la decisión de recorrer el lugar juntos para ambos conocer bien las instalaciones. Lo que al principio había comenzado como risas por bromas del otro, termipnó como sonrisas tontas por la existencia del otro. No lo habían notado, pero estaban enamorados. Sólo eran mejores amigos, y sólo se tenían a ellos, por lo que el típico miedo de arruinar la amistad claramente se hizo presente.
Callaron. Lastimando sus corazones en el proceso, y todo por el miedo de perder al único amigo que tenían. No obstante, un día Haruto no soportó mal el dolor punzante que sufría su pecho a causa de los sentimientos guardados, por lo que se confesó. Le contó a Junghwan todo lo que sentía al verlo, cómo su corazón latía de manera alocada al verlo hacer cualquier simple acción como lo era sonreír. Para su sorpresa, Junghwan no rompió su corazón como esperaba que sucedería, sino que lo hizo latir con más fuerza al confesar que el sentimiento era recíproco.
Una relación dio inicio aquel día. Las discusiones nunca se hicieron presentes y eso los hacía aún más felices; no había ningun problema que los hiciera molestarse con el otro.
Varios años transcurrieron y ellos seguían siendo el soporte del otro. No les importaba mucho cuando recibían cierto tipo de miradas nada amistosas cuando caminaban con sus dedos entrelazados, habían aprendido que lo importante era sólo ellos dos y que los demás no eran nadie ni nada.
El noviazgo de ambos era como un caramelo; dulce y empalagoso. Actuaban como unos tontos enamorados cuando el otro era quien estaba a su lado.
La perfecta relación de Junghwan y Haruto parecía no tener ninguna razón para dar fin; pero claro, "parecía".
El futuro que se habían jurado juntos se vio afectado por los sueños que ambos querían perseguir. Haruto quería ser un gran productor y Junghwan un asombroso bailarín. Y vaya, habían logrado en parte aquello. Consiguieron ser reconocidos por el talento que cada uno tenía.
Sus triunfos fueron grandes; algo que nunca creyeron lograr. No obstante, el trabajo consumía bastante su tiempo y sólo podían verse pocas horas en el día. Podían con eso, en sus mentes siempre estuvo que lograrían esperar hasta que tuvieran un descanso para poder estar juntos y salir como solían hacerlo antes de la fama que consiguieron.
Pero ese descanso nunca llegó.
En cambio, la oportunidad de tener un mejor empleo y sueldo se había hecho presentes para la pareja. Hubieran aceptado sin pensarlo de no ser que una consigna era que debían mudarse a países diferentes.
Era una decisión bastante complicada. Ambos habían deseado tanto tener un gran trabajo y justo la oportunidad les había llegado, pero también deseaban un futuro juntos, y sus sueños los guiaban por caminos diferentes.
Haruto decía que podía rechazar la oferta y seguir en Corea junto a su novio, pero éste le repetía que no debía abandonar sus sueños por una persona y que siguiera adelante sin importarle nada. Varios días de plática entre Junghwan y Haruto fueron los necesarios para tener una respuesta.
Junghwan sólo recordaba ver a Haruto con una maleta en su mano y el pasaporte en la otra. Lo demás era borroso puesto que todo el día estuvo llorando. Era doloroso separarse de alguien que amas por un tiempo indefinido.
Tendrían una relación a distancia, pero Junghwan creía que no funcionaría debido a que conoció a tanta gente que tuvo una relación a distancia y terminó siendo un fracaso. ¿Haruto y él podrían ser la excepción? Algunos dicen que la distancia trae cariño, ¿con ellos podría ser igual?
Su mente muchas veces maquinaba escenarios que se encargaban de romper su corazón y lo hacían derramar cientos de lágrimas. No desconfiaba de Haruto ni nada por el estilo, sino que se sentía inseguro de sí mismo; pensaba que no era suficiente para alguien como el japonés.
Cada día hacían una llamada y se hablaban por mensaje cada que estaban libres. Cuando lo veía a través de la pantalla, sonreía y sentía las mariposas de su estómago revolotear y causarle cosquillas; pero eso sólo ocurría cuando lo veía. Varías noches eran testigos de la tristeza que el corazón del coreano contenía. Y esa misma era una de ellas.
La brisa fría golpeaba suavemente su rostro. La Luna brillaba, pero tenía un sentimiento triste de alguna manera. Sentía que la Luna entendía su dolor y sufría con él para no dejarlo solo.
Podía parecer un pensamiento tonto, pero así era su manera de consuelo. La Luna no lo hacía sentir tan solitario.Si bien tenía a sus amigos, era inevitable que sintiera un gran vacío en él. Necesitaba de los brazos cálidos o besos dulces que sólo Haruto podía entregarle.
Su mano sostenía una foto de ambos en alguna de sus muchas citas. La esquina estaba un poco húmeda por culpa de una lágrima que cayó en aquella parte del retrato. Recordaba aquel día con las mismas emociones que vivió aquella vez.
Recordar. Si ellos llegaran a terminar por culpa de la gran distancia que tenían, todo lo vivido se volvería en recuerdos, y él no quería vivir recordando un gran amor que terminó.
Abrazó sus piernas y recostó su cabeza en sus rodillas. En el pasado, nunca antes había llorado por amor, y ahora que lo está haciendo le dolía demasiado. El amor era un sentimiento hermoso, ¿por qué algunas personas tenían que sufrir por culpa de algo "hermoso"?
Suspiró con un aire de tristeza. Su mente había estado los últimos días ocupada en imaginar cosas que no le gustaría nunca pasar.
Tomó su almohada y la abrazó con fuerza; esperaba que el calor que Haruto le daba la almohada pudiera hacerlo. Era una noche fría, y él sólo quería estar en los brazos de su pareja, jugar con su cabello y mirar alguna película mala, pero disfrutando la compañía del otro.
Sus amigos podían brindarle calor, pero ninguno era igual al del único chico que reinaba su corazón. Ninguno podía igualar o reemplazar el amor del japonés.
—Nadie me ama como tú —soltó al aire, con la mejilla enterrada en la almohada y las lágrimas secas.
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わびさび 𓏳 𝗦𝗬𝗠𝗠𝗘𝗧𝗥𝗬₊ treasure
Fanfiction⠀𓏳 𝗦𝗬𝗠𝗠𝗘𝗧𝗥𝗬 Peleamos entre nosotros como agua y aceite, pero tú y yo tenemos química. Y si nos dispersamos, no importa, porque tú y yo tenemos simetría. ꗃ𓂃 𝗧𝗥𝗘𝗔𝗦𝗨𝗥𝗘 𝗢𝗦 𖤐%¡!? ⠀©𝗗𝘅𝗯𝗯𝘆__, 2021