Después de mucho estrés en la ciudad Jimin decide mudarse a un pequeño pueblo en busca de más tranquilidad la cual no va a obtener del todo.
"Que la magia del primer beso perdure por siempre " ♧♡
- 15 capítulos
- ¿Qué pasa? Si te asusta ser mal padre, creeme que lo harás genial.
-No es eso... necesito estar solo aunque sea un momento.
Sin más palabras Yoongi aceleró llegando a la casa de su suegra haciendo que su prometida se bajara lo más rápido posible.
- Vendré por ti mañana.
- Claro
La chica claro que estaba confundida, pero ese estado de Yoongi ya lo conocía. Si lo seguía interrogando lo único que obtendría sería ponerlo nervioso y que se fumara todas las cajetillas a su paso. Además necesitaba contarle a su madre que la cago en grande.
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Yoongi por su lado, condujo hasta un parque bastante tranquilo y solo. Solo el y su teléfono en frente viendo lo cobarde que era al no poder ver esos simples dos mensajes, su pierna temblaba y su labio ya se encontraba empapado de sangre por morderlo demasiado.
El sonido de su teléfono lo saca de su nube, la pantalla se ilumina y su corazón vuelve a acelerarse.
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Jesucristo... Eso lo asustó demasiado.
Tomando el poco valor que aún tenía, abrió primero el mensaje de Jimin. Esperaba que fuera una hermosa foto de su sonrisa, Joder lo extrañaba muchísimo.
Jimin ha enviado una foto*
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La cara de Yoongi era todo un poema.
¿Como reaccionar ante eso?
Después de un momento al fin una sonrisita se hizo presente.
¿Hace cuanto no sonreía genuinamente?
Un poco más relajado abrió el mensaje de Hoseok reproduciendolo.
" Yoongi quisiera decirte mil cosas, pero prefiero decírtelo en persona. Nos vemos en tu casa a las 4 en punto. ¡Yo también voy!"
Sumergido en las dos voces que más anhelaba escuchar, se quedó con una calma absoluta.
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Ya iba directo a su casa con comida y un nerviosismo increíble. Dos cajetillas no fueron nada comparado con todo lo que quería fumarse pero ya no tenía más cajetillas y en su reserva secreta había una nota de recordatorio para que comprara más.
Ya faltaban algunos minutos y su cabeza le decía que regresara y no enfrentara las cosas.
- Tu puedes Min Yoongi, es ahora o nunca.
Con esa frase en la mente aceleró para llegar pronto.
Ya estaba a una cuadra y podia ver a lo lejos en frente de su casa a dos personas, sin duda el cabello mírame a huevo de Hoseok le hizo saber que era el.
Se estacionó y bajó de su coche con las piernas temblando.
- ¡Soulmate!
Gritó el pelirrojo corriendo hasta el.
Yoongi también corrió a él dándole un abrazo gigante haciendo que ambos cayeran, algo que realmente no le importo ya que necesitaba ese abrazo como nunca.
- Te amo te amo te amo te amo
Repetía el chico llorando desconsolado. Hoseok no podía soportar escuchar así a su mejor amigo, solo una vez lo escuchó llorar de esa manera y ya habían pasado años de lo ocurrido.
- Yoongi yo también te amo, pero déjame pararme.
El contrario negó con la cabeza aferrándose aún más a su compañero que no le quedó de otra más que levantarse con el chico panda. El chico no sabía que le dolía más, el ver que Yoongi no se quería despegar del abrazo o que simplemente no le pesaba. El problema de peso desde siempre lo ha tenido y el fumar siempre lo mantenía flaquito.
- ¿Tu llave?
Min aún con la cabeza enterrada en el hombro del otro solo metió su mano a la bolsa para sacar la llave y darsela.
Al entrar su cara se torno roja de la furia.
-Min Yoongi dime quien diablos cambio toda la maldita casa.
Hoseok lo dejo en el sillón viéndolo con una mirada asesina.
-Dejalo en paz, ahora es lo que menos importa.
Habló por primera vez Jimin sentándose a un lado del chico.
- ¿Puedo abrazarte?
Preguntó bajito acercándose a Jimin de manera lenta.
Hoseok sabía lo que pasaba, siempre que tenía una crisis se comportaba de manera pasiva.
