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Muy en el fondo deseaba estar con ella a solas, pero la lógica le decía que era algo imposible y lo fue. Pierre Dubois se convirtió en el amigo cercano más molesto que Richard conoció, lo detestaba y lo quería muy lejos de él, pero era difícil viviendo como una visita en el departamento de Venus.

   La chica solía iniciar actividades muy temprano, antes de que saliera el sol, a veces ordenaba el lugar o empezaba a tocar cosas sin sentido despertando a Richard en más de una ocasión. Amaba tenerla cerca, pero a su vez tanta familiaridad lo asustaba, casi no se dirigían la palabra más que para compartir alimentos por lo que Richard pasaba todo el día paseando por las calles de la ciudad y regresaba a dormir pensando en dónde encontrar trabajo para darle privacidad a Venus; la chica por el contrario decidió amueblar otra habitación, pero no para Richard sino para visitas en general aunque al alemán le gustaba pensar que era la habitación de Dubois pues su nuevo puesto en la Policía de Nueva York ameritaba un lugar de descanso que no fuera un hotel por lo que pasado una semana y media desde los hechos violentos se tomó la decisión (sin consultarselo) de vivir los 3 en el departamento.

   La realidad era que tanto Pierre como Venus estaban contentos de tener a Richard ahí, él único que tenía sus diferencias era el mismo y para el peor caso es que eran producto de su imaginación y celos.

   —¿Crees que puedas hablar con Gerard esta semana o la otra? —preguntó Pierre a Venus mientras estaban desayunando unos hotdogs que les vendió una señora en la esquina, Richard había desaparecido al alba por lo que podían hablar de temas más personales— Lo que sucede es que... Siento que tomé un puesto de policía y ahora mi carrera de músico está en pausa.

   Venus no tenía vergüenza en devorar su comida, amaba comer comida chatarra aunque no con cierta regularidad, tenía un poco de mostaza en la mejilla y se encontraba devorando su segundo hotdog del día. Claramente disfrutaba su comida por lo que escuchar una pregunta como aquella hizo que dejara todo de lado para mirar a la nada. Al cabo de unos segundos tragó en seco y dijo:

   —Deberíamos separarnos.

   Pierre se atragantó con su bocado al oír aquello.

   —Por el momento no me interesa la música, quiero conocer la ciudad, conocer gente y tal vez tener algo con alguien.

   —¿Qué dijiste? —Pierre recuperó la compostura.

   —Que no quiero hacer música, quiero vivir la vida y que tal vez deberíamos separarnos...

   —No no no eso no —interrumpió el chico, si bien su trabajo como policía era lo mejor para él, tampoco estaba listo para dar el gran salto a la adultez—. Podríamos hacer una pausa si Perry está de acuerdo, no pienso en separarnos...

   —Entonces yo me salgo —sentenció Venus—, Otto, Joshua, Gerard y tú.

   —Escucha, ninguno va a seguir si tú no sigues y no creo que debas tomar esa decisión sin decírselo a Perry, la pobre a penas puede con la presión social.

   La conversación era seria, pero Venus ya lo había meditado, no se sentía cómoda con Gerard de nuevo y sus ideas para hacer música se fueron de vacaciones, podría hacer una pausa y hacer las pases con su compañero, pero siendo tan orgullosa prefería evitarlo a toda costa.

   —Por eso quiero que ustedes sigan, yo no soy relevante sólo soy una cara bonita —entristeció al decir eso porque era verdad.

VENUS | 𝙍𝙞𝙘𝙝𝙖𝙧𝙙 𝙆𝙧𝙪𝙨𝙥𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora