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Mirar a Lalisa Manoban es como estar en el cielo para Jennie.

Ahora lleva un vestido del color del oro, y sus rizos castaños lo único que le provocan son ganas de enredar las manos en ellos, la corona en su cabeza es solo un poco más pequeña que la de Jennie y aún no se acostumbra a verla con ella puesta. Recuerda aquellas veces cuando eran chiquillas y junto con Irene que es la más pegada a sus edades salían y corrían por los enormes jardines en sus palacios. Regresaban con los vestidos y los preciosos zapatos llenos de barro y hojas secas, aún así sabe que son bendecidas con padres tan buenos. Cuando les iba bien solo reían de las chicas cubiertas de tierra y cuando no estaban de humor solo las mandaban a sus habitaciones castigadas para luego más tarde enviarles bocadillos con la dulce Somi.

Para las fiestas era normal tomar algunos bailes con los demás presentes, cualquiera que estuviera en edad casadera tenía que hacerlo para crear lazos y conexiones.

Difícil, se dice Jennie. Cuando hace un par de años los señores Manoban empujaron de su lado a lisa para que ella bailará con Jungkook algo dolió en su corazón y entonces lo supo... O más bien lo acepto.

Jennie no era una princesa normal.  Y sabía que Lalisa tampoco era una amiga normal para ella.

Y fue complicado desde entonces porque cada vez que tomaban el té, montaban a caballo o solo compartían tiempo en su salón en el palacio todo fue diferente. No sabía en qué momento se volvió tan pervertida. No recuerda el momento exacto en que empezó a querer que Lisa se acercara más ella a la hora del té, o cuando una vez mientras le jugaban una broma Irene ella estuvo apunto de borrar la distancia entre ellas para robarle un beso. Pero paso y en su miedo ella se alejo un poco de Lisa, estrecho más su amistad con Irene y Rosé y trato de darse un espacio para superar lo que le pasaba a su corazón cada que miraba a Lili.

Por eso mientras la rodea con sus brazos después de la coronación de Rosé se siente liviana y se deja llevar.

Dios!! Cómo extrañaba ese sentimiento.

- yo mmm... Lo siento Jennie es solo que bueno.. - lisa la mira directo a los ojos mientras intenta alejarse de ella. Nunca cuestionó el porque de repente ya no la abrazaba, o se sentaba lo más lejos de ella en la mesa de té, ni porque ya no le sonreía o porque de la nada ya no tomaban baños juntas y desnudas en el lago cerca del palacio. Solo la dejo ser.

Pero ahora es Jennie quien toma con fuerza su mano y no le permite apartarse de su lado, es ella quien con su brazo la rodea y olfatea ese punto entre su hombro y su quijada que siempre conserva toda la escencia pura de Lisa.

- todo está bien Lili... Todo está bien-Jennie se mueve junto con ella como arrullandola y entonces pasa.

Lisa suelta un sonoro sollozo que le rompe el corazón y las lágrimas inundan su hombro de agua salada. Y cuando mira de reojo se da cuenta de que Irene en algún momento a abandonado la habitación dejándolas solas y se siente aterrada, porque lleva años no queriendo estár sola con ella.

Y no es por Lisa es por si misma, porque ahora que la mira de frente no importa nada, ni la lágrima que parece quedar suspendida en su labio superior, no importan los ojos rojos de llanto, ni la nariz sorviendo.

Lo único que a Jennie le importa es la necesidad profunda y dura que la empuja a besar esos labios de color cereza. Pero espera, espera mientras Lalisa la mira fijo a los ojos, mientras le acaricia la mejilla sonrojada y rodea su labio inferior con el dedo índice. Y sin embargo aunque lo ve venir no puede decir que eso disminuye el sentimiento de sorpresa, cuando Lalisa deja un beso pequeño y fugaz en la punta de su nariz. Respira una, dos y tres veces para poder mirarla a los ojos.

- esto está bien no?... Está bien Nini?, Está bien que estemos aquí y yo haga esto.??- Jennie asiente y le da otro pequeño beso valiente en la comisura muy cerca de sus labios. Y cuando entrelazan sus manos juntas y Rosé entra por la puerta las tres sonríen. Siempre fueron amigas, así que siendo princesas de reinos vecinos no hay nada más importante que estrechar lazos, la pregunta es que tan estrechos serán los lazos entre Lalisa y Jennie. La cabeza de Rosé se llena con dudas y ruega que "eso" que siempre a estado ahí solo sea para mejor.

Princesa ❤️JENLISA❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora