Busca las dos primeras temporadas:
1. La Amante Perfecta
2. La Esposa Perfecta
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Nunca sabes cuánto daño puede hacer una mentira, hasta que eres tú la que lo ocasiona.
Por mucho tiempo cree un caparazón de protección y resulta q...
Nunca sabes cuánto daño puede hacer una mentira, hasta que eres tú quien lo ocasiona.
Pero, a pesar de los daños, esos errores fueron los que me dieron la mejor oportunidad de mi vida.
Por años intenté conseguir la perfección, evitando a toda costa las fallas. Ansiaba el poder absoluto porque ingenuamente pensaba que eso traería la felicidad. Algo que pocos logran y por los que algunos murieron en su intento —como mi padre—, otros se perdieron en el fango de su felicidad y cayeron tan profundo que hicieron imposible su retorno —al igual que mi madre.
Me dí cuenta de lo gran equivocada que estaba. Para ser feliz, no tenía que ser impecable como un equipo sistemático ó la mujer fría y calculadora en la que me convertí. Necesitaba, hallarlo de otra manera.
Y sabes, nunca creí que alguien como tú, pudiera dármelo.
Una mujer que no teme a fallar, que acepta sus errores cuando los cómete y que por sobre todo, ama sus defectos volviéndolos una virtud.
Eso fue lo que me enseñaste y que me cautivó a medida que nos fuimos conociendo.
"Tus defectos son parte de lo que eres, puede que estés bien sin ellos pero no por eso te volverás mejor, más al contrario saldrá a relucir todos los demonios ocultos en tí y te perderás en tu propia miseria creada" fue lo que me dijiste la primera vez que nos casamos. No lo supe entender en su momento y aún así, me ayudaste a corregir mi solitario camino.
Logré dejar atrás una estúpida venganza que liberó el mal que albergaba mi alma. Sanamos juntas, con amor, lágrimas y perdón, pues aunque distintos, el pasado y nuestras familias nos entregaron a un abismo de incertidumbre que con el pasar de los años nos forjaron.
Tu energía, la sonrisa que tanto me ha fascinado y esos ojos que irradian luz, conectaron con mi naturaleza real.
Si, puedo ser egocéntrica, un poco (poquito) celosa e impulsiva en ocasiones, pero he crecido contigo y a tu lado, el camino se volvió más sencillo.
Porque el lecho de un hogar y el calor de mi propia familia, son suficientes para saber que ya no necesito nada más para ser absolutamente feliz.
Por eso, le digo a la pequeña luz que crece a diario en tu vientre: que su mami la cuidará, protegerá y amará más que a su propia vida.
Ansio fielmente tú alegre llegada, hija.
Porque es el primer fruto de nuestro amor, la primera raíz que veremos crecer y dar sus primeros pasitos en un mundo ajeno y desconocido.
Ansió tanto para que llegue ese día y contarle a ella, mi pequeña estrellita, nuestra historia.
De como mamá alcanzó la felicidad en medio de tanta tempestad.
Hoy te digo a tí, mi esposa.
¿Esposa? No, corrijo.
Mi amiga, mi amante, mi compañera, la que más amo en la vida.
Renata eres mi felicidad...
Tú eres.
Mi mujer perfecta.
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Un gusto poder escribir está bella historia y leer sus comentarios.
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Próximamente la historia de Mónica y Alondra
"Sonrisas y sabor”
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