Si la risa interrumpe al beso no me importa,
No me importa el llanto si lo conviertes en verso,
No importa la caída si no el viento en el cielo abierto,
Crea sonrías y calla el resentimiento,
Desea curar la herida en un corazón abierto,
Desgastado por las pesadas mentiras de un soldado hambriento.
El sonido es la magia de tu voz en eco,
Bailo en tus pupilas y enloquezco en tu centro,
Deja que roce las estrellas, que tu pecho ya lo tengo,
Enamorada de la vida bailo y brindo por la bebida,
Me doy a ti sedienta de salvar este corazón suicida.
Callada espera al último suspiro de éxtasis lanzado,
Sonriente y con el pelo alborotado siente que lo ha logrado,
Una vez más en el cuerpo a cuerpo ambas han ganado.
Deja que hablen los que nunca han callado,
Cuando en el momento del impacto sus labios quedarán sellados,
Deja que quemen tu alegría,
Que de las cenizas brotará la venganza de su último día.
