11

1 0 0
                                    


Sabías que morir para mí no era un problema,

Por eso me enseñaste a vivir,

Que viviera por ti,

Que luchara por ser feliz.

Hasta cuando rompía un plato tu me llamabas ángel,

Eras el rey de mi castillo de cristal,

Me curabas las heridas siendo el único que veía su profundidad.

Tuve que sopesar ,

Si quería perdernos o perderme,

Y aunque no lo creas,

Me perdí,

Buscándote a ti.

Porque yo lo permití,

Porque vivía por ti pero no era inmortal,

Porque rompía promesas y hería de gravedad,

Hice daño como advertí,

Y por ello me tuve que marchar.

El lastre se tuvo que arrojar,

Dejando un barco hundido y un amargo final.

Alas de mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora