Tengo un universo entero controlando tus latidos,
Cada vez que lloras el Sáhara pasa por una nevada,
Donde la nieve en vez de ser blanca es dorada,
Cuando ríes la calidez acorrala Alaska,
Controlas el tiempo en todo el planeta tierra con solo una devastadora mirada.
En Marte encontraron tu voz,
Esta gritó a los cuatro vientos
"Cuanto tiempo tardarás en encontrar mi corazón"
El cual, en la luna escondido,
pasaba las noches más gélidas mandando latidos a aquel que dijo
"Por ti iré a la luna y la pondré en tus manos",
El cerebro,
decepcionado,
Se hospedó en Júpiter y pensó,
"El amor hace oídos sordos a la razón"
Y el oído,
escuchando que hablaban de el,
se había puesto sus mejores aros en Saturno,
La boca pequeña en Plutón ya no se fiaba de todos esos cuentos,
Con el tacto perdido en Urano, hacía temblar la tierra rodeándola con sus manos,
podía oler desde Neptuno que iban a destrozar la pobre y fría luna.
Pero a la mierda con todos esos planes, porque siempre había alguien capaz de controlar su monte de Venus,
El cerebro viajaba a Mercurio mostrándose en fiebre,
La vista y el olfato se intensificaban,
El gusto se llenó de agua,
Y la vista,
En tus ojos, brillando como el sol hacia que el universo se prendiera fuego con tan solo un único "te quiero".
Y así, sistemas enteros, que controlas de distintas formas, que mueren por ser parte de ti, creas realidades que la mente jamás podrá admitir.
