Capítulo 3

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Capítulo 3

>> Como todas las mañanas, el patrón salía muy temprano a montar, recorría las tierras que ahora eran suyas, arriba de un bellísimo ejemplar, un pura sangre que cuidaba como un tesoro.

Regresó para desayunar antes de irse a trabajar, estaba empeñado en crear un imperio para sus hijos.

Ese día encontró la mesa sola, ya servida sí, pero Diana María de seguro seguía durmiendo...

Antes de decirle a la sirvienta lo que se le antojaba para el desayuno, un humeante plato ya salía directo de la cocina. Un aroma exquisito y además lucía delicioso.

Y sabía muchísimo mejor de lo que olía y se veía.

Era cierto era que a un hombre se lo ganaba por el estómago, pensó.

De pronto, Inés salió con Casandra en brazos y sosteniendo un biberón...

Inés: buenos días...

Cas: papi...

Vic: esto lo preparaste tú...

Inés: si...

Vic: no es parte de tu trabajo...

Inés: intento mantenerme ocupada...

Vic: siempre te gustó cocinar...

Inés: todavía me gusta...

Se miraron durante unos segundos... Victoriano sintió deseos de extender su mano para tomar la de ella... Pero no lo hizo... No podía y no debía.

Vic: tengo que irme... (Poniéndose en pie y agarrando su sombrero)

Inés: que te vaya bien...

Vic: gracias... (Acercándose únicamente para besar la cabecita de su hija)

¿O había sido un pretexto para acercarse a ella y por lo menos percibir su perfume de ese modo??

El patrón salió hablando solo.

Vic: Victoriano... Por favor, tienes que mantenerte lejos... ¡Lejos!

>>>

Otra mañana, después que el patrón se había ido. Inés le llevó un té a la habitación de Diana María.

Ella se terminaba de peinar y maquillar frente al espejo. Fue inevitable para Inés admirarla. Era toda una señora... Bella y elegante...

DM: estuve pensando algo, Inés...

Inés: ¿Si, señora...?

DM: cuando las niñas duerman, voy a darte clases...

Inés: ¿Clases de qué?

DM: de todo lo que sé...

Inés: pero soy una simple empleada... No necesito aprender lo que usted sabe...

DM: es muy importante aprender... Siempre, de todo tema... Algún día te servirá, ya lo verás...

Inés: se lo agradezco, pero...

DM: no quiero oír ni una sola palabra más. Empezaremos hoy mismo.

^^ Domingo por la tarde, Victoriano regresaba de dar un paseo a caballo.

Vio en la entrada a Inés, el viento hacía volar su cabello negro... Y el vestido pre mamá le quedaba un poco más ceñido... Señal de que el parto estaba cada vez más cercano.

Admiró su belleza y se distrajo... ¿Cómo era posible que la viera con esos ojos??

El capataz se acercó a hablarle, y sin saber cómo, cayó al suelo.

LA PROMESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora