Capítulo 16

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Capítulo 16


Inés se dio la media vuelta y se fue.

Vic: Inés... Espera... No es lo que tú crees... Déjame explicarte.

Pero ella no le hizo caso y apresuró sus pasos.

Vic: Inés... Morenita... (Saliendo detrás de ella)
Eu: señor, recuerde su cita de las 4.


^^ LAS DIANAS ^^

Inés lloraba... Por el coraje, por ver cómo un hombre podía permitir algo así y también por saber que existían mujeres sin escrúpulos.

No quería que los niños la vieran así, en especial Diana y Casandra.

Pidió que le ensillaran un caballo y salió a galopar...

Victoriano llegó minutos después porque se retrasó llamando él mismo a postergar la cita.

"La patrona fue a montar..."

Fue la razón que le dieron, él arrancó en la camioneta y fue a buscarla como un loco.

El caballo de Inés de asustó al oír de cerca un motor rugir y se descontroló... Tirándola al suelo...

Vic: ¡Inés!! ¡Mi amor!! (Bajándose rápidamente para ir por ella)

La tomó en brazos y la subió a la camioneta, de la yegua se encargarían después.

Inés: me lastimé una pierna... Me duele...
Vic: te llevaré al hospital...
Inés: no, al hospital no. No quiero dejar a los niños...

Y es que ya no sólo pensaba en 4, sino en 5, contando con Alejandro.

Vic: si tienes una fractura deberás ir, morenita...
Inés: ¿qué haces aquí??
Vic: te fuiste de la procesadora y no me dejaste explicarte...
Inés: sé muy bien lo que vi... (Haciendo una mueca por el dolor)

Ese mismo dolor se extendió a todo su cuerpo unas horas después... Era normal, debido a la caída.

El médico fue tajante, necesitaba reposo absoluto. Inmovilizar la pierna o empeoraría.

Además de los analgésicos que le recetaron, de esa forma se iba a recuperar.

Vic: fue mi culpa que te cayeras... (Cuando el doctor se había ido)

A Inés le causó pena que se sintiera culpable, pero recordó que estaba enojada con él.

Y cerró los ojos, ignorándolo.

Vic: mi amor, lo que viste... (Tomándole una mano)
Inés: no me toques Victoriano.

Él se sorprendió... Nunca había sido víctima de los celos de una mujer...

Vic: no te pongas celosa, mi vida... Tenía esta zona del cuello muy tensa y Eugenia sugirió...
Inés: dejaste que te tocara... No sé nada de empresas ni cómo se manejan las cosas en una oficina, pero dudo que lo que vi sea apropiado. Eres un hombre casado.
Vic: y tienes razón... Perdóname... No vuelve a ocurrir. Te lo prometo. (Tomándole una mano y besándosela)

Inés: esa mujer está interesada en ti...
Vic: claro que no... Por favor...
Inés: no soy tonta, Victoriano Santos. Y mejor vete. No quiero verte.
Vic: Inés... No vamos a pelear por una tontería...
Inés: para mí no fue una tontería.

Vic: voy a cancelar mi viaje...
Inés: ¿qué viaje??
Vic: negocios en Guadalajara... Uno muy grande...
Inés: por mí no canceles nada...
Vic: por Dios, mujer...
Inés: has tu viaje, yo estaré bien.
Vic: mi amor...
Inés: ¿Puedes pedirle a Rosa que venga? Necesito hablar con ella...
Vic: está bien... Tú y yo hablaremos más tarde....

Él pensó que se trataría de algo sobre la comida, pero estaba muy lejos de la realidad.

Ro: ¿cómo se siente señora...?
Inés: adolorida... Pero eso no es lo importante ahora...
Ro: ¿cómo de que no??
Inés: voy a contarte algo y necesito que me ayudes...
Ro: en lo que sea, patrona...
Inés: hay un niño en la cabaña... Yo lo traje, pero mi marido no sabe nada y no puede saberlo.
Ro: entiendo...

A aquella buena mujer no era necesario darle explicaciones, era muy prudente.

Inés: quiero que le lleves comida... Que le hagas un poco de compañía...
Ro: no se preocupe señora, lo haré con gusto... Ese niño debe ser muy especial para usted...
Inés: cuando lo conozcas sabrás por qué lo es... Hay algo en él... Algo que jamás me pasó con ningún otro niño...
Ro: usted descanse y recupérese... Yo me haré cargo de...
Inés: Alejandro... Así se llama...

Y la sonrisa de la patrona dijo todo... Sentía algo muy fuerte por ese niño. Pero, ¿qué tendría de especial...?

Dia: nana, ¿puedo ir a jugar con Alejandro??
Inés: cuando tu papá se vaya...
Dia: pero... ¿cuándo le vamos a decir a papá que él vive en la cabaña??
Inés: muy pronto, mi amor...

^^ Por la noche, Victoriano seguía intentando excusarse con su esposa. No soportaba que estuvieran así.

Vic: Es absurdo que luego de todo lo que insistí para que estuviéramos juntos, ahora me busque otra mujer... De haberlo querido, lo habría hecho desde que Diana María murió, pero no lo hice... Porque te quería a ti, te quiero a ti...

De cierta manera era cierto, reflexionó Inés. No todos los hombres luchaban por una mujer como Victoriano lo había hecho por ella...

Además, estando enojada con él le daría gusto a la tal Eugenia y no pensaba dárselo.

Inés: no quiero a esa mujer cerca de ti...
Vic: trabaja para mí, eso es todo, mi amor...

Él empezó a besarle un brazo y ella sonrió porque le picaba la barba... Siempre, la besara donde la besara.

Entonces se peinó con la mano que no estaba apoyado en la cama. Y automáticamente Inés pensó en Alejandro...

Inés: quiero que la pongas en su lugar.
Vic: ya lo hice... Y te prometí que no vuelve a suceder algo así.
Inés: voy a confiar en ti...
Vic: yo lo hago todo por ti... Empecé a buscar ese hijo que tuviste hace años...

Buenísima estrategia esa de cambiar radicalmente de tema...

Inés: ¿dónde lo estás buscando??
Vic: contraté un investigador, pero para asegurarnos, tenemos que abrir esa tumba... Y tú tienes que autorizarlo...

Eso no sería necesario si tuvieran el resultado de la prueba de ADN... Pero, tardaría unas semanas... Ella pidió que la hicieran lo más pronto posible...

Inés: ¿qué te parece si lo hacemos cuando regreses de tu viaje de trabajo...? Eso es algo muy fuerte...
Vic: Es la única manera de saber que Loreto no nos está mintiendo...
Inés: dame unos días...
Vic: está bien... Te voy a extrañar...
Inés: ¿cuánto tiempo estarás fuera...?
Vic: 1 o 2 semanas... No lo sé todavía... Pero si conseguimos ese negocio, seremos lo que siempre soñamos...

*Cabaña*

Apenas vio al niño, supo por qué la patrona sentía lo que sentía. Mirándolo a los ojos parecía estar viendo a Don Victoriano.

Ale: ¿quién es usted?? (Listo para salir corriendo)
Ro: tranquilízate Alejandro... La señora Inés me envió... Te traje comida... Yo soy la cocinera de la hacienda...
Ale: ¿por qué no vino la señora Inés...?
Ro: se puso un poco malita...
Ale: ¿se va a morir??
Ro: no, pequeño, claro que no. Tiene que descansar para curarse... Y así poder venir a verte...
Ale: ¿vendrá pronto...?
Ro: en unos días... Me pidió que te diga que aquí estás seguro y que no intentes salir...

Algo pensativo o preocupado, Alejandro se echó el cabello hacia atrás...

Ale: quiero verla...
Ro: podrás ir después... Ven para que comas...

LA PROMESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora