Capítulo 20
El patrón despertó a todos los empleados de la hacienda, haciendo sonar la campana de las emergencias, incendios en especial.
Les ordenó que salieran a buscar a sus hijos mayores, Diana y Alejandro no podían haber desaparecido sin que alguien los viera.
Victoriano se comunicaba con la policía, Inés rezaba, cuando el capataz llegó bastante agitado.
Cap: ¡Los encontramos, patrón!
Inés ¿Dónde están??
Cap: en las caballerizas, señora...
Vic: ¿Haciendo qué?? (Mientras salían todos)
En las caballerizas, y como era de esperarse, los niños dormían en la cuadra donde guardaban a los ponies.
Inés corrió a ellos y los abrazó, aun acostados sobre el heno.
Vic: Diana... Alejandro...
Inés: ¿qué hacen aquí?? (Cuando ya se habían despertado)
Ale: escuchamos voces...
Dia: de un señor...
Vic: ¿qué señor??
Ale: Del amigo de... (Pensando mejor antes de hablar)
A su papá no le gustaba que llamara a Loreto "padrino", Alejandro lo sabía.
Inés: ¿amigo de quién??
Ale: De Loreto...
Vic: eso no puede ser, mi vida... Ningún extraño tiene permiso para entrar a la casa, ni siquiera a la hacienda...
Dia: pero sí eran voces, papi...
Vic: quizás fueron los árboles y el viento...
Inés: seguro que sí...
Vic: vamos, todos arriba... No es hora para estar en las caballerizas...
Dia: Alejandro tiene miedo...
Ale: ¡Diana! No es cierto...
Vic: hijo, no pasa nada si tienes miedo... Es de lo más normal...
Media hora después, veían a Diana y Alejandro dormidos en plena cama matrimonial.
Vic: les dije que...
Inés: pobrecitos... Se quedaron dormidos...
Vic: recuérdame no dejar que se acuesten en nuestra cama...
Inés: no me lo estás diciendo en serio...
Victoriano hizo una mueca con la boca, él tampoco estaba seguro de hablar en serio.Inés: mi amor, sobre el amigo de Loreto...
Vic: nadie vio nada... Es imposible que haya entrado alguien a la hacienda... Quédate tranquila.
>>>
Sábado, la actividad empezó como todos los días.
Con una diferencia, Victoriano e Inés habían salido solos a montar. Ya que los niños todavía dormían...
Vic: Alejandro no me tiene confianza aún...
Inés: tú lo dijiste mi amor, no aún, pero ya te la tendrá... Lo que pasa es que te ve como su héroe y lo que intenta es hacer todo bien para que estés orgulloso de él..
Vic: ya lo estoy... Mucho... Y tú lo sabes, morenita...
Inés: apenas tienen unos días conviviendo... Recuerda que yo ya lo conocía... Habíamos hablado...
Vic: sabes que haré lo que sea para que nuestro hijo me vea diferente...
Inés: Alejandro te quiere... Y te admira...
Ya estaban volviendo a la casa grande. Y les sorprendió escuchar precisamente al niño.
Ale: ¡Mamá! ¡Papá!!
Diana salió detrás de él, ambos listos para salir. Les sorprendió verlos a los 2 sobre el mismo animal, no sabían que 2 adultos podían hacerlo.
Ale: ¡queremos montar con ustedes!
Vic: vamos por sus caballos... (Bajándose él primero y luego ayudando a Inés)
Inés: buenos días, mis amores... Pensamos encontrarlos dormidos...
Dia: hoy no hay escuela...
Ale: ¿cuándo iré yo...?
Inés: los papeles están casi listos, no comas ansias...
Victoriano no tardó en volver con los caballos de los niños.
Vic: ¿vienes otra vez conmigo, morenita...? (Mientras subía a Diana al pony)
Inés: sí...
Ella sabía que a Victoriano le gustaba que montaran así.
Vic: arriba campeón...
Ale: papá, ¿cuándo podré tener un caballo como el tuyo...?
Vic: más pronto de lo que esperas... Pero tienes que aprender a domarlo...
Pasaron la tarde en la alberca y ya por la noche fueron a dar una vuelta por el pueblo.
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Primer domingo que Alejandro pasaba con su nueva familia. Abrió los ojitos y le sorprendió que su mamá no hubiera llegado a verlo, como las otras mañanas anteriores.
Salió de su cuarto muy intrigado, no escuchaba a nadie... Un momento... Si escuchaba la voz de su papá...
La puerta estaba abierta, y Victoriano jugaba en la cama con el bebé.
Diana llegó corriendo y saltó a la cama. El papá la besó y ella a él...
Sintió un mano en su hombro, era Inés con Casandra que bebía su tetero.
Inés: buenos días, mi amor... Vamos, entra...
Vic: ¿Alejandro?? Ven, hijo...
Todo parecía raro... Estaban todos en pijama... Y en la cama cuando ya había salido el sol.
Inés dejó a Casandra recostada junto a Victoriano, le dio el biberón para Emiliano y regresó por Alejandro.
Dia: papi, yo ya no tomo biberón...
Vic: ya estás grande...
Inés: ¿cómo dormiste...? (Levantándolo en brazos y llenándolo de besos)
La cama era gigante y cabían todos perfectamente... Inés tomó al bebé y Casandra se hizo junto a ellos, así Victoriano se puso a jugar con los más grandes.
Vic: ¿qué quieren hacer hoy...?
Ale: ¿no vas a trabajar, papá?
Dia: sábados y domingos no se trabaja, ¿verdad mami??
Ale: en el mercado sí...
Vic: también nosotros trabajábamos todos los días, ¿te acuerdas mi amor...?
Inés: sí...
Vic: ahora tenemos el privilegio de descansar y compartir tiempo con ustedes... Lo más importante que tenemos...
^^ Al mediodía, estaban todos en el jardín.
Inés sostenía a Connie y perseguía una pelota junto a los otros niños, Victoriano también jugaba con ellos, haciendo caminar a Emiliano.
Vic: ¿sabes hace cuánto no corría tanto...?
Inés: ¿desde que eras un niño...?
Victoriano tenía al bebé en su brazo, pero se molestó porque quería ser libre, así que lo dejó sobre el césped.
Vic: posiblemente... (Haciéndose el cabello hacia atrás) Casi ni me acuerdo...
Inés: tampoco eres un viejo, mi amor...
Vic: tú me has traído energía y ganas de vivir... Tengo a la mujer de mi vida, el hijo que tanto deseé contigo... Nuestros otros hijos, por supuesto... Nos falta ser los primeros productores de lácteos de todo el país... No puedo pedir más...
La besó mientras ella sonreía...
Inés: soy feliz...
Vic: y yo...
Sintió que alguien se abrazaba a su pierna y por los bracitos pequeños supo que era Emiliano.
Vic: éste parece que saldrá celoso, eh... (Levantándolo con un solo brazo)
Inés: ¿tú crees...?
Vic: yo conocí primero a tu mamá, ¿de acuerdo? Es mía y yo la comparto con todos ustedes... No se confundan...
Inés: ay Victoriano...
Ale: ¡Papá! ¡Mamá! ¡Vamos a jugar!
Vic: y Alejandro no se queda atrás...
Inés: ¿cómo iba el marcador?
Dia: papá, Emiliano y yo estamos perdiendo... ¡Papi, tenemos que ganar!
Ale: ¡nosotros vamos a ganar, mamá!
Casandra abrazó a Alejandro antes de volver al juego. Nada raro, porque esa niña estaba enamorada de su hermano.
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LA PROMESA
FanfictionUna promesa puede cambiarlo todo... Incluso el rumbo de la historia de Inés Huerta y Victoriano Santos... ¿Podrán ellos cumplirla y alcanzar la felicidad...?