Niki miraba a aquella persona dentro de su casa, estaba sentada en su cama, lo miró mejor y se dió cuenta que era el mismo chico de su sueño, solo que ahora no llevaba ropa, estaba completamente desnudo.
-¡Niki!- el adolecente se paró de la cama yendo a abrazar al nombrado.
-¡¿Cómo sabes mi nombre?!- alejó el cuerpo contrario.
-Tú me cuidaste ya 2 de mis vidas ¿no lo recuerdas?
¿Vidas? ¿Quién podría tener más de una vida? Ahí Niki miró incrédulo la pecera, la medusa ya no estaba ahí.
-¿Como te llamas?
-Sunoo, me llamo Sunoo- lo miraba con una radiante sonrisa.
-Es un sueño... debe ser un sueño- Niki seguía sin creerlo, pero cuando extendió su mano y abofeteó su propio rostro, supo que todo era real -Oh...no.
-¿Qué pasa?- se acercó a él.
-¿Qué... pasa?- repitió sus palabras -Eso debería preguntarte yo a tí ¿Tú eres la medusa que crié desde niño? ¿Cómo te convertiste en un humano? ¿Por qué no tienes ropa?... ¿POR QUÉ ERES TAN LINDO?
-Sí, soy la medusa, la señora luna me dejó cumplir tu deseo, aquel que pediste anoche y pues... las medusas no utilizan ropa.
-Cúbrete con algo- señaló su clóset mientras procesaba todo lo que estaba ocurriendo.
¿Señora luna? Nunca había escuchado hablar de eso, además hoy tenía otra cita, no podía ir con Sunoo, tendría que dejarlo en casa.
-Sunoo...- repitió el nombre, aquel nombre que toda su vida fue para una mascota, ahora era un humano, un hermoso humano con pelo blanco y piel de porcelana, piernas torneadas y pequeña cintura, hermosos ojos y labios, con mejillas rosadas y.... No, esperen, no le gustan los hombres ¿verdad?
-Niki- el ¿menor? Llamó al dueño de la casa desde el clóset.
-Ya voy- todo parecía tan irreal, pero por más que quería que lo fuera, ese era el mundo real.
Ahí, dentro del armario vio a Sunoo con sus ropas puestas, le quedaba bastante grande y además estaban mal acomodadas, ni siquiera se había puesto ropa interior.
-¿Cómo uso esto?- mostró un par de bóxers.
-Tengo que comprarte ropa...- pero hasta eso, tendría que buscar la ropa más pequeña que tenía, una malla blanca, una chaqueta de lana delgada y unos shorts grises que le quedaban muy anchos pero no tan largos pues los cortó para que no se vea ridículo.
-Ten, primero se colocan estos- le pasó un par de boxers -va antes de lo que sea que te coloques de la cintura para abajo.
Se sentía muy tonto al explicarle esas cosas.
-Sunoo... ¿cuántos años tienes?
-Tengo... 18 años, cumplo 19 en dos meses o eso me decía él.
-¿Quién?
-Era un señor amable y muy bondadoso, él me presentó a tí, siempre me hablaba de todo tipo de cosas geniales y festejaba mi cumpleaños cada 24 de junio... pero un día simplemente ya no despertó y unas personas se lo llevaron... ¿sabes dónde está?
Niki no sabía cómo explicarle que su tío no volvería.
-Tampoco sé dónde está, pero también lo extraño mucho- suspiró atando los cordones de los, ahora, zapatos de Sunoo.
-Tengo hambre... ¿podemos ir a comer algo?- como todo ser viviente, su estómago pedía comida.
-Sí, vamos- lo mejor era dejar de cuestionarse porqué aquella medusa se convirtió en una persona y pasar los días de su vida con total normalidad, solo que ahora... estaría acompañado.
El adolecente de 18 años y 1.70 de altura era realmente bonito y no sólo para ojos de Niki, cuando salieron de la casa del mayor, en el corto transcurso de la puerta a su automóvil, una mujer de tal vez unos 25 años, no dejaba de mirar a Sunoo, cada uno de sus pasos eran adorables, tal vez lo miraba con envidia, tal vez con deseo.
-Sube, yo entrare por la otra puerta- Niki le abrió la puerta de copiloto para que pueda entrar y dar la vuelta el vehículo para poder él estar en el asiento de piloto.
Condujeron hasta el centro comercial, había comida para el hambriento estómago de Sunoo y ropa para que vista de acuerdo a su talla.
-Primero comamos- entraron a aquel gran local -¿Algo te atrae?
-¿Qué es eso?- señaló un puesto de helados.
-Es helado, es una mezcla de... te traeré uno, espérame justo aquí- corrió hasta el puesto de helados señalado por Sunoo y compró dos helados de dos bolitas de chocolate y chocomenta. -Pruébalo, talvez te guste.
El menor agarró el palito que venía con el helado y probó la primera bolita que era verde con puntos cafés.
Era como si su mundo fuera redescubierto, aquel sabor era... woaah, delicioso.
-Esto es... es delicioso.
-Entonces te gusta el chocomenta- sonrió levemente -a mí igual me gusta.
Comieron sus helados con tranquilidad y nada apurados, después de que ambos terminaran visitaron varias tiendas de ropa, de diferentes estilos, estuvieron casi 2 horas viendo cuáles estilos eran los que mejor le quedaban.
-No sé cuanto tiempo estarás aquí... pero es mejor que sobre a que falte- en sus manos cargaba 12 bolsas de diferentes tiendas.
.
.
-Eso te queda mucho mejor- el mayor habló viendo a Sunoo vestido con un pijama celeste, volvieron a casa y ya era hora de la siguiente cita de Niki. -Bien, lindo, me tengo que ir, si tienes hambre marca a ese número desde este teléfono y te traerá lo que quieras- sí, le había comprado un celular.
-¿A dónde vas?- Sunoo preguntó sentado en la cama.
-A una cita.
-¿Qué es una cita?
-Es un paseo con alguien que te gusta- arreglaba du cabello.
-Oh... ¿puedo ir?
-¿Qué? ¡No!, no irás.
Nunca digas nunca.
.
.
-Sí... lo siento, insistía en venir conmigo- Niki finalmente aceptó llevar a Sunoo a su cita.
-No me dijiste que tenías un primo tan adorable- aquella mujer apretó las mejillas del "primo" de Niki.
-Si... bueno, Sunoo, puedes ir a comprarte un helado, te esperaremos en esta banca- Niki le dio dinero y se alejó abrazando la cintura de la chica con su brazo izquierdo.
-Bueno...- no tenía la menor idea de cómo comprar algo, pero lo intentaría.
Mala idea, se perdió, fueron a un parque de diversiones y ya no sabía dónde estaba, cuando Niki se fue había un cartel de "bienvenidos" al frente y ahora había un mirador con vista al mar.
-¿Dónde estará?- Niki se sentía muy preocupado, hace más de media hora que no sabía el paradero de Sunoo, no lo veía por ningún lugar.
-Oye... Niki, ¿no es mejor así? Yo creo que volvió a su casa o--
-Te llamaré después- sin siquiera escuchar las palabras de aquella chica se paró y se marchó en busca de Sunoo, ahora esa persona era su responsabilidad y lo había dejado a la deriva.
¡¿Dónde estás?!
Cami~
ESTÁS LEYENDO
Jellyfish - SunKi♡
FanfictionSolo un deseo a una estrella puede volcar tu mundo 180 grados y eso Niki lo supo desde el momento en que a la mañana siguiente de una noche con lluvia de estrellas, su niñato deseo se había hecho realidad, pero no contaba con que su mascota heredada...