CAPÍTULO 19

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Valentine.

Corro por el bosque sintiendo como mi lado más salvaje sale a flote. Siento como mis garras aumentan su tamaño, al igual que mis colmillos. La furia de la bestia es tanta que ni siquiera ambas podemos contenerla.

Me detengo cuando es seguro, nadie me sigue así que es el momento perfecto para poder desatar esa furia. Siempre me enseñaron a respetar a la naturaleza, y me duele hacerlo, pero prefiero esto a que seguir conteniéndolo y acabar hiriendo a quien no lo merece; rasgo tan fuerte como puedo en la corteza del árbol más cercano y continuo dando zarpazos en este hasta que esa furia que me consumía fue acabada.

No me arrepiento de todo lo que dije a Alex, tal vez me meta en problemas, y a toda mi familia, pero si ellos se enteran de los motivos dejará de ser una simple amenaza y acabarán con Lex.

Cuando me siento un poco más relajada, me decido por regresar a casa y pretender que nada de esto ha pasado, pero la bestia se niega a regresar a su encierro y dejar esto sin resolver.

No lo creo, Valentine, haremos una visita a cierta pelirroja, y si tu no la pones en su lugar yo lo haré. Tú eres la Alpha aquí, tú eres la líder, y quien debería estar con Alex, sabes que odio al chico, pero si no dejas claras las cosas a ambos, terminarás peor que la última vez.

Dificultades de ser licántropo. Literalmente, somos dos seres distintos tratando de habitar en un mismo cuerpo y es difícil el mantener el control sobre ti mismo. Pero ella tiene razón, debo poner un alto a esto antes de que todo termine mal.

Alysa en algunas ocasiones me contó cómo era que sus hijos se escabullían por la entrada de los empleados para hacer travesuras, y también me contó cómo es que se llega a ese lugar. Me será muy fácil el ingresar y tener una pequeña charla con Scarlett.

Corro hacia la manada lo más rápido que me es posible, teniendo en mente que Alex ya pudo haber llegado y advertido a su pelirroja. Cuando me encuentro dentro de su territorio decido volver a mi forma humana, me reconocerán más fácil y no tendré problemas para acercarme al hogar de los Woods.

Paso por la seguridad preguntando por Alex y me notifican que aún no ha llegado, pero que puedo esperarlo dentro, algo que simplifica mis planes.

Una mujer se encuentra ahí para recibirme y acompañarme en la espera, pero en cuanto me ofrece asiento, uso mis dotes de actuación.

—De hecho vengo a ver a Scarlett —menciono haciéndola sorprender— Sé que se encuentra en un momento difícil, tratando de decidir si quedarse o irse, pero quiero que sepa que la apoyo, que estaré con ella en todo momento y que no debe temer por mí, comprendo la situación y me gustaría ayudarla.

—Oh, señorita Blood, usted es tan noble al querer ayudar a la niña Scarlett —suspira.— Ella salió rápidamente, pero puede esperarla en sus aposentos, llegará ahí en cuanto antes.

¿Niña? Scarlett incluso podría ser mi madre.

—No quisiera incomodarla.

—Nada de eso —exclama— le vendría muy bien su consejo y apoyo. Acompáñeme.

Sigo a la mujer mientras que esta con emoción me cuenta cómo es que Scarlett apreciará mi ayuda, así como el resto del personal, pues todos adoran a la pelirroja.

—Aquí es —menciona al abrir la puerta— siéntete cómoda, ella llegará en cualquier momento.

—Muchas gracias, ha sido demasiado amable al dejarme pasar —digo con una sonrisa.

—Todo sea por mi niña —suspira— Y por supuesto, muchísimas gracias por comprender esta situación y no desearle algún mal a mi Scarlett.

—No tiene porque agradecer señora.

—Bueno, yo la dejo, que tenga linda noche señorita —menciona al despedirse.

—Igualmente señora.

La habitación luce pulcra, así que me siento sobre la cama intentando no desarreglarla. Miro la hora en el reloj y solo ruego porque la chica llegue ya, Alex no tardará mucho en llegar y echar todo a perder.

Y como si mis plegarias fueran escuchadas, la puerta se abre dejando ver a la pelirroja.

—Valentine —menciona sorprendida— ¿Qué la trae por aquí?

—Primero, para ti soy señorita Blood, no Valentine —menciono mientras me levanto— Y segundo, estoy aquí para hablar contigo, querida.

—No tengo miedo —gruñe— Por muy Alpha que seas, si me haces daño acabarás mal, puede que seas su Mate, pero Lex me quiere y no permitirá que me hagas daño, ni a nuestro cachorro —menciona con altivez.

—Antes de amenazarme considera que tu manada se encuentra sin Luna y con un Alpha fuera de sí —digo en cuanto me acerco más hacia ella, haciéndola temblar. — Pero créeme que dañarlos no es lo que busco, no por el momento.

— ¿Entonces qué es lo que quieres viniendo aquí?

—Tranquila, tu miedo es palpable, querida —rio— Pero, ya que lo preguntas, estoy aquí para hablar, pacíficamente. Tú y yo estamos en una extraña situación, y Lex prometió no volver a meterse contigo, pero no me fío de él; así que te lo pido de mujer a mujer, si van a seguir con su amorío es mejor que me lo digas. Tampoco me fío de ti, pero una pequeña parte de mí cree que como mujer y por todos esos años que has vivido, has de comprender lo que es estar detrás de alguien que no te corresponde.

—Se lo juro señorita, no volverá a pasar nada entre Lex y yo —suspira— sé lo que es, y lo hemos hablado, no es correcto que estemos juntos cuando la tiene a usted.

—Perfecto —sonrío— Gracias por entender que tú no eres más que un desliz en su vida, y solo para que quede como un pequeño recordatorio, yo soy su Mate y un Alpha, los amantes de las Lunas nunca terminan bien, y si se atreven a seguir con esto fingiendo que no me enteraré, esta manada arderá hasta reducirse a cenizas —advierto antes de marcharme.— Oh, y algo más Scarlett, nada de esto sale de aquí, yo vine a demostrarte mi apoyo durante este momento, ¿entendido?

—Entendido —balbucea.

LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora