CAPÍTULO 25

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Podría decir que a pesar de todo el drama a mi alrededor, esta noche dormí mejor de lo que había hecho en años. Tal vez el solo pensar que pronto estaré junto a mi madre y Lexa, me trajo paz y me permitió descansar. Esto me da la certeza de que este viaje me traerá paz y me ayudará a encontrar una guía para mi camino.

Doy un último vistazo a mi habitación y esta no luce vacía, no pareciera que estoy dejando el lugar en el que he vivido por tantos años...

— ¿Estás listo, Lex? —pregunta papá desde la puerta.

—Si —respondo y salgo de la habitación.

Siento como una de sus manos se posa en uno de mis hombros y caminamos en silencio hasta la planta baja.

Miro la hora en mi móvil y tomo mis pertenencias para salir de casa. Lágrimas amenazan con salir en cuanto recuerdo que estaré lejos de mis hermanos por un largo tiempo, y es como si papá pudiera saberlo, pues de inmediato toma las maletas y me abraza.

—Entiendo cómo te sientes hijo —suspira— me duele saber que tu también te vas y que no supe aprovechar el tiempo que tuve para ti, pero cuando tu decidas regresar estaremos esperándote con los brazos abiertos.

—Gracias papá —mi voz sale entrecortada y me es imposible no derramar un par de lágrimas.

Las despedidas me han resultado más dolorosas de lo que creí, pero tengo fe de que cuando regresé seré una mejor persona, seré un mejor hijo, y tal vez, él será un mejor padre.

—Tenemos que irnos, tu madre me matará si llegamos más tarde de lo acordado —menciona en cuanto ha limpiado las lágrimas que corrían por sus mejillas— sube la auto, yo llevaré tus maletas.

—Gracias —respondo dándole una media sonrisa y voy camino hacia el auto.

—Buen día joven Lex —saluda Jazmin, una de nuestras mejores guerreras.

Por seguridad, papá decidió traer con nosotros a un guardia y a Jazmin, ellos nos acompañarán en el camino, y en dado caso de que algo llegue a suceder, tendremos refuerzos, pero solamente Jazmin viajará con nosotros, nos acompañará al aeropuerto y regresará a la manada.

El tiempo en salir de la manada a llegar al aeropuerto me pareció pasar demasiado rápido, en menos de lo que pensé ya estábamos abordando un vuelo que me llevará lejos de casa.

(...)

—Entonces así fue —rio. —Lo había imaginado más normal.

—Sabes que en nuestra familia no hay nada de normal —menciona papá con una sonrisa.

—De todos los escenarios que imaginé, nunca pasó por mi mente que así había sido su adopción —rio— la opción por la que más me inclinaba era que habían encontrado a un cachorro en los bosques y mamá había decidido adoptarlo.

—De hecho algo así ocurrió unos años después del nacimiento de Lexa, pero tu madre sabía que ya no podíamos considerar añadir más miembros a la familia, y en su lugar decidió buscar a una familia responsable que realmente deseara un cachorro.

Siempre lo he sabido, mi madre tiene un corazón enorme.

—Si te hago una pregunta, ¿responderías con la verdad? —pregunto y me mira curioso.

—Claro, ¿qué es lo que quieres saber?

—Sé que los primeros años de su relación no fueron los mejores, sé que mamá no estuvo conforme con muchas cosas, y aunque me duele preguntar, ¿Mamá nos tuvo a Axel y a mí por compromiso u obligación?

Mi pregunta cambia por completo su expresión y algo dentro de mí se remueve al pensar que tal vez si fue así.

—Te prometí sinceridad, y créeme que cumpliré con eso —suspira.— Tienes razón en cuanto a que tuvimos muchos problemas en nuestra relación en un principio, los ideales de tu madre y los míos chocaban provocando peleas tontas, que casi siempre eran provocadas porque me sentía retado, pero esa es otra historia. En cuanto a tu pregunta, durante un tiempo creí que yo la había presionado, pensaba que tu madre había tomado esa decisión influenciada por mí, y me sentía muy mal por ello, porque sentía que le había arrebatado algo más y que le había impuesto algo que ella no deseaba; pero antes de que planeáramos concebir más hijos decidí a hablarlo con ella, yo deseaba tener una familia, pero también debía pensar en lo que ella quería, ya que esa decisión no era solo mía. Lo hablamos y admito que hice algo de trampa, y aún me siento mal por eso, pero no quería que ella me mintiera al respecto para no hacerme sentir mal, así que consulte con una bruja que no tenía ninguna relación con tu madre y ella logro hacer una sustancia, como un suero de la verdad.

Recuerdo que en esa ocasión invité a tu madre a una cena y vertí una pequeña cantidad de eso en su comida, al terminar la comida hice la pregunta y ella admitió que estaba asustada, que temía por el futuro de nuestros hijos debido a mi actitud; en esos momentos el futuro de nuestra relación era incierto y por lo que me había contado hasta ese momento, sentía que yo la había atado a mí. Pero lo que continúo me dejo sorprendido, ella si había llegado a pensar en interrumpir el embarazo, pero también adoraba a los niños y soñaba con ser madre. Ella primeramente miro por sus intereses, pero también pensó en que con el cariño y la educación correcta ustedes trazarían un mejor futuro para la manada; sabía que podría domar a la bestia que habita en mí y que haría de ustedes mejores personas de lo que yo fui.

Mamá siempre se esforzó por darme una buena educación, por inculcarme valores y respeto por los demás... tomé decisiones que la decepcionaron, pues eso no es lo que ella esperaba de mí, pero estoy seguro de que la haré sentirse orgullosa de mí de nuevo.

LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora