Corre el año 1353, al interior de un denso y frondoso bosque, más allá de la cascada y el lago donde se acerca al oscuridad de la montaña muy profundo en la caverna que da a las puertas del infierno.
—Aquí están las cien almas que me pediste, ¿cuando podré obtener mi ascenso? — Pregunta Aksel, un demonio que aspira a subir de nivel conforme trae almas al servicio de Lucifer.
—Jajajaja Aksel, ¿tan desesperado estás?
—Hice todo lo que me has pedido y no entiendo ¿por que no me das lo que pido?, lo quiero, si me lo das te podría traer hasta mil más si así lo quieres.
—Mira tus almas. — Él mira por dos segundos hacia la pila de espíritus que claman, lloran e imploran insistentemente piedad antes de volver la vista a Lucifer.
—¿Que?— Pregunta confundido y es que realmente las almas no se ven para nada mal.
—Son almas blandas, vacías, sin valor, la única forma que tienes para subir de nivel y sobrepasar a tu superior Jantzen, es traerme un alma buena, bondadosa, esas que tanto le gustan a tu sabes quién.— Lucifer apunta hacia arriba, en dirección al cielo.
—Pero ¿ donde encuentro eso?
—Ah, ese es tu problema ya te ayude demasiado, ahora tu debes buscar. — Lucifer, apunta la puerta dando a entender perfectamente el mensaje.
Él hace abandono de los aposentos del amo y señor de las tinieblas y al recorrer los pasillos hacia la salida se encuentra con Kaj, una mujer demonio a la que reconoce perfectamente.
—Kaj — La mujer arrodillada sobre el suelo con sus manos en un trapo, detiene su labor de limpieza al reconocer tan inconfundible voz.
—Largate de aquí.
—¿Vas a seguir enojada?
—¿Que?, eres un maldito desgraciado por tu culpa, por apoyarte en tus estupideces sin sentido perdí un nivel y tengo que quedarme 300 años en este lugar. — La voz de Kaj resuena en los oídos de Aksel, recordándole por breves instantes lo ocurrido en el transcurso de su derrota.
Lucifer, descubriendo sus planes de formar un ejercito junto a Kaj, para derrotar a Jantzen, en una batalla de proporciones que a nadie dejaría indiferente.
—Casi lo habríamos logrado de no ser por ti. — Alega él.
—Eso no es cierto.
—¿Quien le dio la mano?
—Pero ¿como iba a saber que Jantzen podría saber lo que estaba pensando?
La discusión se extiende por algunos minutos hasta que él propio Jantzen, hace aparición desde unos de los pasillos, generando de inmediato un silencio sepulcral entre los dos.
—¿Que paso?, ¿por que se quedan tan callados? — La dentadura brillante de aquel demonio hace aparición.
Aksel, enfurecido encamina sus pasos alejándose del lugar al tiempo que su superior lo jala del brazo sin dar alcance a su mano.
—Recuerda que te estoy vigilando y por más almas que le traigas no me vas a sobrepasar nunca.
—Jantzen... — Interviene Kaj y es que su pasión favorita es sacar a Aksel de problemas.
—¿Que es lo que quieres?
Este se aprovecha de la distracción de su superior para continuar su camino sin escuchar la conversación.
—Voy a sobrepasarte. — Murmura este al cerrar la puerta del palacio de Lucifer.
Enfrascado en una lucha interna por creerse menos se va en busca de los demonios más eruditos y poderosos del inframundo, los Veteris, una legión de poderosos aliados del señor de las tinieblas. En la entrada se encuentra con un campo de lava ardiente donde infinitas almas lloran y se lamentan. De entre las rocas fundidas de rojo se levanta un puente que lo ayuda a atravesar tan inhóspito lugar. Al llegar del otro lado, un maravilloso y verde prado sostiene una estancia de proporciones, grandes ventanales estilo gótico adornan el exterior hasta llegar a la gran puerta que este toca una sola vez.
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DAEMONIUM. El Alma de Dios será mía
RomanceAksel, necesita un alma especial que le permita formar su propia legión de demonios por esto sube a la tierra para encontrar el alma perfecta. La señorita Kira Blixen, es una muchacha como cualquier otra hasta que él demonio encuentra en ella lo qu...