—Eres perfecta Kira, realmente lo más hermoso que he visto en toda mi vida. — Susurra en mi oído para luego plantar un beso en mi hombro.
—Aún puedes arrepentirte si no estas segura. — Menciona él una vez más.
—No, no quiero. — Susurro volviendo a girarme para quedar frente a él.
Este me lleva hasta la cama donde nos acomodamos y entre beso y beso, me siento febril, su mano hábil recorre mi intimidad como si la conociera de toda la vida, su conocimiento me saca más de un suspiro hasta que se detiene para acomodarse sobre mi. Abro mis ojos para mirarle con detención y apesar del miedo que aun habita en mi, mi deseo por unirme a él en el acto más profundo de amor es superior.
Comienzo a sentir como su miembro se pasea por mi feminidad sin llegar a causarme dolor, hasta siento extremadamente delicioso. De pronto él intenta profundizar su contacto abriéndose paso entre mis pliegues que se resisten al tiempo que el nerviosismo me invade. Un pequeño pinchazo de dolor toca mi interior al tiempo que él muy quieto respira con dificultad al igual que yo.
—¿Estas bien?
—Si, si. — Digo sin mucho convencimiento.
A medida que avanzan los minutos el dolor cede un poco y mientras el se mueve lentamente en mi interior, pierdo todo conocimiento sobre mi, pues mi respiración se agita comenzando casi a bufar, mis caderas embravecidas van al encuentro de su pelvis que al principio va lento pero al cabo de unas cuantas embestidas comienza a subir de intensidad. Gimo y me retuerzo del placer hasta que siento mis piernas vibrar con desespero, mi columna se arquea pero mis caderas quieren fundirse a las de Aksel, que respira errático hasta que ya no puedo escuchar nada, solo me dejo llevar por las sensaciones que explotan en mi entrepierna una tras otra hasta dejarme sin aliento pero con una sensación de satisfacción más allá que cualquier otra. Su vaivén continua recio, casi enloquecido hasta que vuelvo a sentirme al tope de mis emociones que desean fervientemente explotar otra vez. Él, junta su frente con la mia y por breves instantes compartimos el mismo aire hasta que él me besa de manera fogosa y desesperada, su lengua ingresa en mi boca y arrasa con todo lo que hay a su paso hasta que me siento vibrar nuevamente al igual que él que se mueve enloquecido hasta que de a poco deja de moverse al igual que yo, que respiro más agitada que la vez anterior hasta que puedo calmarme, siento una profunda satisfacción que jamás había experimentado hasta ahora y mientras él abandona mi interior mi cuerpo produce ligeros choques que verdaderamente me encantan.
—¿Que fue todo esto?. — Digo casi sin aire pero más para mi que para él.
—Hacer el amor. — Me contesta él apenas.
Me giro para quedar frente a él, el sudor se desliza por su frente al igual que en mi.
—Te amo. — Digo emocionada.
—Yo también te amo.
Él me mira y toma una de mis manos plantando un beso en el dorso. Varias emociones de agolpan en mi cuerpo pero principalmente me invade la de sentirme extraña, como si fuera otra mujer o más mujer que antes, que el hombre que descansa a mi lado es mi hombre, como si mi sentido de pertenencia hubiera despertado para haceme ver que sería capaz de cualquier cosa con tal de estar a su lado. «Hacer el amor. » resuena en mi mente.
Miro hacia la ventana y veo como el día se esta yendo, pienso en mi familia por breves minutos hasta que escucho su voz.
—Kira, tienes que volver a tu casa.
—¿Que?, no...
—Tenemos que calmar las aguas antes de partir. — Me asegura él.
—Quiero dormir aquí, contigo. — Me quejo.
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DAEMONIUM. El Alma de Dios será mía
Storie d'amoreAksel, necesita un alma especial que le permita formar su propia legión de demonios por esto sube a la tierra para encontrar el alma perfecta. La señorita Kira Blixen, es una muchacha como cualquier otra hasta que él demonio encuentra en ella lo qu...