XXVI

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Tiempo después...

Ya no sé que número de día es pero de lo que sí estoy segura es de que él padre vino a ver si pasaba algo malo conmigo, ya que llevaba mucho tiempo sin aparecer por la iglesia sobre todo en los últimos días en los que estuvieron los niños y la hermana Helmi. Golpee la puerta infinitas veces para que me dejaran verlo tan solo un momento pero no fue así, es como si yo no existiera, como si fuera un fantasma merodeando el lugar con mi estela de pena y desazón.

Dagny, también ha venido y se le ha negado el paso. Igna, ha intentado en infinitas ocaciones darme animo pero el dolor esta instalado en lo más profundo de mi corazón.

Muevo la mesa que decora mi cuarto hasta la ventana que abro de par en par y acomodo mi silla para mirar el paisaje mientras escribo con pesar todo lo que me aqueja desde que él señor Von Tier, me ha dejado, desde que los niños se han ido junto a las hermanas y desde que mi habitación se ha convertido en el peor claustro que he conseguido por solo tratar de ayudar a mi hermano.

Querido Señor, Aksel Von Tier.

Escribo estas dolientes letras desde el encierro al cual me veo forzosamente sometida por parte de mi madre, le he extrañado tanto que siento un profundo sentimiento desolador en mi interior. No entiendo por que ha tardado tanto en regresar cuando dijo estar enamorado o tener ese sentimiento tan fuerte que hace vibrar el cuerpo y satisfacer el alma, ¿será que no soy lo que usted buscaba?, ¿será que ha encontrado a alguien más interesante, más bella y educada a quien amar?.

Cada día que pasa más dudas nublan mi sentir y creo que así como bien dijo usted, las señoritas como yo, fáciles de engañar cayeron una vez más en esas palabras dulces y seductoras que empleo para quizás enseñarme, a que no sea tan crédula e insensata. Que el amor en realidad no existe así como así, que quizás con el tiempo se llegue a sentir algo de afecto por él que sea alguna vez sea mi esposo y que ese hombre por lo visto no será usted.

A veces quisiera quitarme todos estos sentimientos que no me permiten seguir con normalidad el día a día y espero fervientemente no poder sentir nada alguna vez.

Sin más me despido, completamente enamorada me despido de usted intentando olvidar lo vivido, ese beso profundo que compartimos en el bosque y esa despedida desesperada en el camino cuando prometio volver lo más rápido posible.

                                                                                                                                                         Con amor aún

                                                                                                                                                            Kira Blixen.

Inspiro profundamente y varias lagrimas descienden de mis ojos hasta bañar mi rostro, me siento débil, sentimentalmente herida. Pongo uno de mis brazos sobre la mesa como una especie de cama donde dejo reposar mi cabeza mientras mis ojos miran el cielo tormentoso que anuncia una próxima lluvia. « Quiero que pare de llover. » No sé cuando tiempo ha pasado desde que me quede dormida pero para cuando despierto mi nueva comida esta sobre la mesa, las ventanas están cerradas y mi carta esta sobre el suelo. Me levanto con la espalda adolorida y en el cielo atraviesa un trueno despertándome por completo, me agacho a recoger mi carta y observar por unos instantes mis palabras antes de romperla, abrir la ventana y lanzarla al exterior donde espero que así como el agua borra mis letras se lleve también mi dolor y me regrese la calma que tanto ansío.

DAEMONIUM. El Alma de Dios será míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora