LA PRESA

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Lo primero que escuchó fueron un par de disparos y respiró profundamente para lo que se avecinaba.

Con suerte, todas o al menos la mayoría de las personas que se encontraba en esa habitación, jamás habían estado en un asalto y mucho menos en un tiroteo o alguna situación parecida.

La incertidumbre que causa lo desconocido desata el caos, y más cuando viene acompañado de armas de gran calibre.

Justo cuando la profesora daba la explicación sobre la escalera que se extendía frente a ellos divisó el primer mono rojo y cerró los ojos deleitándose del segundo de silencio antes de los gritos.

Fue jaloneada y arrinconada como todos los demás... y lo único que hizo cuando vio pasar cerca a Tokio fue murmurar una palabra.

-novio

Y la chica de cabello corto comenzó a peinar el edificio.

Nos dirigían a paso apresurado y nos colocaron en semicírculo poniendo antifaces negros.

El silencio era sepulcral y unos pasos apresurados se escucharon.

¡Bingo!

-Antes que nada... buenos días – la serena voz de Berlín le hizo ladear una sonrisa – soy la persona que está al mando y quisiera presentarles mis disculpas porque no son formas de terminar la semana – de fondo podía oír la voz de Denver pidiendo el celular y la clave – pero están aquí en calidad de rehenes – hizo una pausa dramática – si obedecen les garantizo que saldrán con vida

Escuchaba todos y cada uno de los nombres y el tono en que contestaban, la persona que temblaba a su lado, y todo eso para ella, era como estar en una sesión de relajación.

Río le guiñó el ojo al quitarle el antifaz y pidió soltar manos para poder sacarla del círculo y que pudiera observar mejor. Se quitó los tacones para poder ser silenciosa.

Era una maravilla.

Estaban dentro.

-Ustedes aquí son nuestro salvoconducto – prosiguió Berlín – así que les protegeré – se detuvo frente a una joven – eh

Eso no pintaba nada bien.

Le observaba a él y cada uno de sus movimientos mientras pequeños fragmentos de las conversaciones se colaban en la mente.

FLASHBACK

-¿Qué estudias gorrioncillo? – le puso una copa de vino enfrente –

-El comportamiento humano, sus necesidades – suspira y se suelta la coleta alborotando su cabello reclinando la cabeza con los ojos cerrados – es complicado... pero simple

-Los humanos parecemos ser complejos y tenemos ciertos patrones de los cuales tirar, pero cuando creemos llegar al pináculo, sabes – levantaba las cejas explicándole con pasión lo que pensaba – nos reducimos al mero instinto – dejo que la distancia entre ellos se acortara dándole un beso – somos una mierda

FIN DEL FLASHBACK

-Dame las manos – sacudió su cabeza cuando su voz le trajo a la realidad – suelta, suelta – pegó su rostro al de ella preguntando su nombre –

-Ariadna

-Ven conmigo... ven – le hablaba de manera pausada y tranquila – siente mis manos ¿Son las manos de un monstruo?

-no, no, no

-Porque no soy un monstruo – sabía porque lo hacía, aquella chica estaba a punto de tener un colapso nervioso – sé perfectamente lo que sientes, la boca seca, sensación de ahogo. Tienes que intentar tranquilizarte – apretó un poco más sus manos – Inspira – le toma del cuello para que le obedezca – ins...pira, eso es – susurra para después dirigirse a todo el grupo – por favor, respiren todos conmigo, inspiren... suave, suave – le miraba fijamente como si quiera traspasar ese antifaz y que le viera – hazte responsable sólo de tú respiración, espira – le regresó al círculo no sin antes acariciar su cabello –

Alerta roja.

Esa chica era su víctima, sólo que nadie le había avisado.

Lena (La casa de papel Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora