Sunwoo se despertó cuando los luminosos rayos del sol traspasaron por el cristal de la ventana y refractaron contra su bonito rostro, él gimió y se restregó los ojitos con sus manos, luego observó el techo de la habitación y se percató de que no era la suya, y entonces fue cuando recordó lo de la noche anterior. Su nariz dio con un perfume conocido y miró hacia su lado, allí descansaba un Riki plácidamente dormido, su boca estaba entreabierta y de ella salían pequeños hilillos de saliva que caían sobre la sábana ya algo mojada por ese motivo, Sunwoo sonrió de ternura y se dedicó a apreciarlo detenidamente.
Admiró cada mísero detalle en su perfecto y simétrico rostro, cada apetecible lunar, cada invisible arruga y hasta las pequeñas espinillas que estaban ubicadas en su frente. Riki era jodidamente apuesto, y Sunwoo definitivamente se había ganado la lotería tras conseguir a ese chico.
Sunwoo no se pudo detener más y se inclinó para darle un beso que planeaba ser casto y ligero, pero se sorprendió cuando Riki correspondió y descansó sus manos en la nuca de Sunwoo. El beso duró por varios segundos, tal vez minutos, pero ellos no se percataron del tiempo porque cuando estaban juntos todo el espacio y el mismo universo se detenían exclusivamente para ellos y solo para ellos.
Cuando ambos decidieron que ya era suficiente se separaron en un pequeño chasquido, reposaron su frente en la del otro y se sonrieron mutuamente cuando sus ojos se encontraron.
—Buenos días —murmuró Sunwoo, esbozando aquella maravillosa y típica sonrisa que provocaba mariposas en el estómago a cualquier simple y afortunado mortal que la apreciara de cerca.
—Buenos días —correspondió Riki, sonriendo de igual forma y rozando sus labios contra la barbilla del peliblanco—. Me encantaría despertar así todas las mañanas —admitió, envolviendo a Sunwoo en un abrazo de oso todo cariñoso y gratamente sofocante.
Sunwoo se rio armoniosamente y le correspondió de la misma forma, amando cada segundo, Dios, él había extrañado tanto eso, él había extrañado tanto a Riki.
Nishimura rompió el abrazo y se aproximó hacia Sunwoo con claras intenciones de besarlo nuevamente, pero Sunwoo se cubrió la boca antes de que eso sucediera.
—No me des más besos —Riki le frunció el ceño, sin comprender el contexto de la situación—. Tengo aliento mañanero, es asqueroso —aclaró, plenamente disgustado de que esa parte de él no fuera perfecta, y también porque no quería que Riki se sintiera repugnado de él al besarlo.
Riki chasqueó su lengua y quitó la mano de Sunwoo de encima de su boca, para entonces acunar su rostro como si fuese su tesoro más preciado, aunque de cierta manera lo era.
—Nada en ti me desagrada. Todo en ti me gusta —concedió sinceramente y con su corazón en la palma de su mano—, hasta tu saliva maloliente me gusta —añadió risueñamente, y ganándose una mueca de asco por parte de un divertido y muy enamorado Sunwoo.
—Eso es tan desagradable, pero tan bonito —Sunwoo profesó en un suspiro bobo, observando a Riki con grandes y palpitantes corazones en los ojos—. Te amo —dijo antes de tomar la iniciativa y juntar sus bocas en un inocente beso sin segundas intenciones.
Riki entrometió su lengua y profundizó el beso, colocándose encima de Sunwoo y acorralándolo contra su cuerpo. Sus manos estaban sujetando con firmeza la cintura pronunciada de Sunwoo, y entrelazando sus piernas con las del etéreo chico peliblanco. Las cosas se estaban tornando algo calientes, pero sin llegar más allá del exclusivo límite, ahora solo eran dos chicos inocentes e inexpertos disfrutando del momento, disfrutando de ellos mismos y de su taxativa juventud.
—Ya es de día, despierta pequeño holgazán —Kei abrió la puerta, esperando encontrarse a su hermano menor durmiendo tranquilamente, pero para su gran sorpresa dio con una imagen totalmente diferente a la pensada.
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𝚢𝚘𝚞'𝚛𝚎 𝚜𝚘 𝚏𝚞𝚌𝚔𝚒𝚗𝚐 𝚏𝚊𝚔𝚎 || 𝚜𝚞𝚗𝚔𝚒
Fiksi Penggemar❝Kim Sunwoo era perfecto en todos los sentidos, su apariencia, sus modales, su familia y su círculo de amigos. Sunwoo era perfecto ante los ojos de todos, siempre jugando a ser un perfecto Ken y comportándose como un auténtico príncipe de los cuento...