11.

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BONNIE

Sí, lo he hecho. Mientras me estaba limpiando la pintura de la espalda he dejado caer mis brazos, me he dado la vuelta y he juntado mi cuerpo al suyo. Y sinceramente no sé cómo me siento. He sentido su pecho contra el mío, piel contra piel de una forma muy íntima que no deberían hacer los mejores amigos.

Corro hacia mi casa con la adrenalina corriendo por mis venas y una mezcla de sentimientos extraños. Felicidad, excitación, pena por él, rabia por todo. Es una mezcla extraña porque he hecho algo que quería hacer desde hace meses, pero su cara... joder. Su cara ha sido de total confusión, y en realidad me siento mal porque ahora no tiene que estar entendiendo nada de nada. ¿Me odiará? No, no creo. Lo que tiene que estar pensando es que me he vuelto loca, o quizá le puedo decir que fue un lapsus... creo que aún no puedo ni creer que haya hecho eso.

Cuando llego a mi casa y veo a Rubén corro hacia él. Le pongo las manos en los hombros y le miro fijamente.

-Creo que he hecho algo malo.

Entrecierra los ojos y me mira con sospecha.

-¿Qué has hecho?

-Digamos que... -me aclaro la garganta y me preparo mentalmente para decirle a mi hermano que me he medio desnudado delante de mi mejor amigo-. Digamos que me he quitado la camiseta y... el sostén delante de Deacon y... luego me he pegado a su torso desnudo y...

-Vale vale, no sigas por favor -dice meneando la cabeza-. Menuda imagen, hermanita. ¿Y qué ha pasado? ¿Qué ha dicho?

-Nada. He salido corriendo. Pero tenía una cara de confusión extrema y no ha hecho nada tampoco para impedirlo. Creo que se ha quedado sin palabras.

Rubén se ríe.

-Normal, Bonnie, es que la persona que ve como a su hermana se ha desnudado frente a él y encima te restregaste. Entiendo que esté sin palabras.

Me siento en el sofá y suspiro. Me restriego las manos por la cara con frustración y miro a mi hermano de nuevo.

-¿Y si se ha enfadado conmigo o algo así? Ha sido un impulso que he tenido, no sé cómo se lo voy a explicar.

-¿No has pensado en decirle la verdad y punto? -me pregunta sentándose a mi lado.

-¿Y qué le voy a decir? ¿Que como una gilipollas me enamoré de mi mejor amigo mientras que él no quiere tocarme ni con un palo de la forma en la que a mí me gustaría? -le digo con verdadero dolor en la voz.

Rubén suspira y me pone la mano en el hombro. Lo aprieta y me sonríe con tristeza.

-Cuando me enteré de que mi ex me puso los cuernos quise morirme. ¿Sabes por qué? Porque nunca pensé que ella me haría daño. ¿Y sabes adónde quiero llegar? A que no sabemos cómo los demás se sienten, ni lo que piensan. ¿Y si él se siente igual que tú? ¿Y si por algún casual podéis llegar a forjar algo porque a él también le interesa?

Soy consciente de que los ojos se me han cristalizado y llenado de lágrimas. Agarro a mano de Rubén y la aprieto.

-Él no me quiere de esa forma, Rubén. Me lo dejó claro hace mucho tiempo.

-Nunca tengas miedo a decir lo que sientes, porque será entonces cuando de verdad perderás.

Me da un último apretón en la mano y se levanta, para después irse escalera arriba. Me quedo en el sofá sola pensado en todo lo que me ha dicho. ¿Perder la oportunidad de decírselo por miedo? O, ¿decírselo y correr el riesgo de que nos separemos? Respiro hondo antes de levantarme y salir al jardín. Me quito la camiseta y los pantalones y me meto a la piscina, aunque voy en ropa interior. Me da un poco igual. Nado y nado hasta que me canso y decido ponerme el bikini para irme a la playa, porque no puedo dejar de pensar en la piel de su torso contra la mía.

UNFAIR. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora