25.

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DEACON

Bonnie se quita mi camiseta y se pone la suya junto a sus pantalones. ¿Qué cojones hace aquí Paul? Me pongo la camiseta que se acaba de quitar y le miro a ver si está lista para bajar. Asiente, como si me leyera la mente, y le sonrío. Salimos de la habitación y nos encontramos con mi madre a mitad del pasillo.

-¿Cuándo has llegado? -le pregunto a mi madre.

-Hace unos minutos, me he encontrado a Paul en la puerta y preguntaba por vosotros.

Asiento y me quedo hablando con ella mientras bajamos las escaleras dirección a la puerta de entrada. Es Bonnie la que abre la puerta y recibe a su novio. Por dios, somos unas personas de mierda. Miro desde unos pasos atrás la escena, y cómo Paul le sonríe a Bonnie con ese cariño de pareja. Entra a mi casa y abraza a Bonnie.

-¿Qué haces aquí? -le pregunta Bonnie cuando se separan.

-Venía a preguntarle a Deacon que si quería ir a entrenar, y no sabía que estabas aquí. Si queréis podemos ir los tres.

Amigo, esta mañana me he follado a tu novia y ahora me quieres invitar a jugar al baloncesto. Siento pena, desde luego, pero Bonnie ha querido y mientras ella quiera creo que todo está bien. Bonnie me mira. Sé que algo ha cambiado, esto nos ha unido, a un nivel casi molecular. Nos miramos de otra forma, siento algo por ella que antes no sentía. Todavía no sé el qué. Me quedo mirándola a los ojos, a esos ojos verdes clarísimos que me tienen loco últimamente. Asiento y sonrío con algo de falsedad.

-Voy a cambiarme -digo-. Bonnie, vente que te dejo algo.

Le hago un gesto con la cabeza hacia las escaleras y asiente.

-Voy al sofá mientras, no tardéis -dice Paul.

Subimos a mi habitación y voy hacia el armario para coger ropa. Saco unos pantalones grises de deporte, los más pequeños que tengo, y se los doy.

-¿Te viene bien con la camiseta que llevas? ¿O te dejo una? -le pregunto mirándola por encima de mi hombro.

-Dame la que llevas puesta -me pide con una pequeña sonrisa.

Sonrío y me doy la vuelta para ir hacia ella. Me quito la camiseta y espero a que ella se quite la suya. Cuando lo hace le meto la camiseta por la cabeza y se la pongo. Le queda gigante, y me encanta. Le sonrío y le agarro la cara entre mis manos. Choco mi nariz con la suya suavemente y cierro los ojos para disfrutar del momento. Cuando estoy con ella me olvido de que es mi mejor amiga y se me viene a la cabeza que quiero abrazarla y besarla a todas horas.

Junto mis labios a los suyos y la beso con suavidad, con cariño. Tras unos segundos me separo de ella y voy de nuevo hacia mi armario. Yo me cojo unos pantalones cortos negros de deporte y una camiseta blanca de hombreras sencilla. Me calzo unas deportivas y ojeo de reojo a Bonnie, cómo se quita los pantalones vaqueros y se pone los míos de deporte largos. Me peino con los dedos el pelo un poco y cojo mi balón del rincón de la habitación.

Voy hacia la puerta y antes de salir le doy una palmada a Bonnie en el culo.

-¡Deacon! -dice riéndose.

Me hago el inocente y camino escaleras abajo. Paul se levanta del sofá en cuanto me ve y viene hacia la entrada. Bonnie baja segundos después y se reúne con nosotros. Salimos de la casa y comenzamos a caminar hacia la cancha a la que siempre voy de al lado de la playa. Cuando llegamos cogemos la que no está ocupada y entramos. Dejamos las botellas de agua que ha cogido Bonnie en el banco y caliento un poco antes de comenzar a jugar. Encanasto unas cuantas veces mientras espero a que estos dos dejen de hablar, y cuando dejan de hacerlo y se acerca a mí le paso el balón a Paul. Lo coge y encanasta. Pillo a Bonnie mirándome y sonrío. Doy unos pasos hacia atrás, donde está ella quieta, y rodeo mi brazo por sus hombros.

UNFAIR. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora