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Caminábamos, yo mirando al suelo y Hyejoo atenta a todo lo que se pudiera observar en la calle. En unos minutos, sentí sus dedos en mi barbilla, alzándola, haciendo que la mirase.

- Te pierdes muchas cosas si solo miras hacia abajo. Como que en tan solo un momento van a encender las farolas de la calle... Se encienden por secciones, ¿sabías? -Negué con la cabeza, ahora con curiosidad por saber cómo era ver aquellas luces encenderse.

Por más que camináramos no veía que las luces se encendieran, todo seguía igual, pero ahora me fijé en que todas las tiendas estaban decoradas con objetos y luces navideñas, algunas parejas caminaban de la mano y varios niños llevaban globos y regalos en sus manos... Realmente había muchas cosas de las que no me había dado cuenta antes si iba mirando al suelo. El foco de mi mirada se fijó en Hyejoo, que ahora paseaba con una sonrisa orgullosa en su rostro y las manos en los bolsillos.

En unos momentos, se encendieron todas las luces de la calle en la que estábamos, la cual me sonaba... Claro! Allí estaba el apartamento de Hyejoo. Oí que sacó las llaves, solo esperé, y en unos momentos estábamos en el ascensor. Recuerdo que ahí fue el sitio donde Heejin me contó que estaba componiendo una canción, intenté recordar la melodía, pero era casi imposible.

- Chae... Escúchame un momento, por favor. -levanté la vista hacia ella, que ahora parecía preocupada-. Es posible que ahí dentro con Yves esté Emily, así que solo... no te agobies, ¿si? No va a hacer nada mientras yo esté aquí. Y lo de Yves... -En ese momento se abrió la puerta del ascensor y avanzamos a la puerta-. A Yves solo dale tiempo... Tiene mucho carácter, pero... -Yo bajé mi mirada al suelo, recordando mis lienzos rajados, entonces, casi tan rápido que no lo noté, se acercó a dejar un beso en mi mejilla-. Tranquila.

¿Tranquila? ¡¿Cómo iba a estar tranquila después de ese beso que me había quemado la piel?! Literalmente, notaba mi cara arder.

Escuché que Hyejoo abrió la puerta y entré tras ella, así que supuse que Heejin ya estaba cocinando.

- ¿Has probado la cerveza alguna vez? -preguntó Hyejoo, yo alcé mis cejas, muchas veces había visto a mis padres tomando así que... ¿por qué no probarla?-. ¿Quieres probar una? -Me encogí de hombros, medio sonriendo.

Hyejoo desapareció tras la barra americana, podía escuchar como se metía con Heejin y Heejin con ella, pero ambas reían. Observé la sala, que no era muy grande, pero tenía dos sofás, una tele y una mesita. También me fijé en algunos videojuegos que había colocados en la estantería, parecían muy bien cuidados y casi quise acercarme a tocarlos.

- ¿Te gustan los videojuegos? -Escuché una voz a mi espalda, me giré y vi a Heejin sonriéndome. Su pelo estaba recogido en un moño tan despeinado que unos cuantos cabellos caían sobre su cara, ahora manchada de harina. Su aspecto me hizo sonreír-. Mi favorito es este. -Señaló uno de los discos con el dedo índice.

- ¡Oye, te juro que como se te queme el pollo asado y tengamos que pedir pizza, te tragas un sofá! -Heejin soltó una risa y volvió a dejarme sola en aquella sala.

Terminé sentándome en el sofá que estaba frente a la tele, sacándome los guantes. Unos sonidos bastante extraños empezaron a resonar en el pasillo cuando Hyejoo y Heejin dejaron de hablar entre ellas, eran como... ¿Quejidos? ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Tenían una máquina torturadora de personas en aquel pasillo de los horrores? Los sonidos provenían de la habitación de Yves, pero no me pensaba acercar.

- Hey, Chae, toma. -después de coger un botellín de cerveza que me ofreció, se sentó a mi lado, puso sus pies encina de la mesita y encendió la tele.

Ella también tenía un botellín, pero yo me dediqué en mirar el mío con detenimiento y arrugué la nariz. No olía muy bien, pero aun así le di una oportunidad y le di un trago; cosa de la que me arrepentí. Tenía un sabor fuerte y agrio, ¿Cómo a alguien podía gustarle esa bebida?

No te rindas [hyewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora