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- Escúchame, Chaewon. -dijo Yves, saliendo de aquel misterioso pasillo donde Heejin también se había perdido -. Todo el mundo está buscando ese maldito colgante y no podemos permitir que te involucren, así que vas a tener que dejar que Emily registre en tus cosas mientras nosotras tenemos el colgante.

¡¿Cómo?! ¡¿Emily registrando entre mis cosas?! No, no y no. Tengo cosas que no quiero que vea nadie, empezando por mis pinturas... ¡y sé muy bien que Emily las destrozará en cuanto las vea! Negué con la cabeza en rotundo, mientras notaba ese par de ojos sobre mí.

- Tienes que dejar que lo haga, si no te mandará a la policía y créeme que por la millonada que cuesta esa mierda y todo lo que está ofreciendo Emily de recompensa, hasta crearán un puto ordenador a lo Stephen Hawking para que hables y confieses dónde está. -dijo Hyejoo, apagando su cigarro a medias en el cenicero.

Con mucha indignación quise comunicarme, incluso abrí mis labios un par de veces mientras negaba con la cabeza, pero mi respiración iba cada vez más acelerada, mi pecho me presionaba más y más, lo que mis oídos escuchaban se transformaba en un eco lejano. Sentí una mano en mi hombro y la aparté con furia.
Saqué mi teléfono para intentar relajarme.

Respira, Chae.

Respira.

Profundo.

Así... Mejor. Sigue.

Respira.

Terminé de teclear en la aplicación de notas y se lo mostré a Hyejoo.

'No piensen que voy a dejar que alguien se meta en mis cosas. Esconderé el colgante lo mejor que pueda, hasta el punto que ninguna de ustedes lo encuentre hasta que todo se calme'
Leyó en voz alta, vi a Yves venir hacia mi como un huracán y me empujó fuerte, de forma que mi espalda chocó con la pared.

- Mira, niñita, como se te pase tan si quiera por la mente no devolvernos el colgante, te... te... te... -Yves había agarrado el cuello de la camisa de mi uniforme mientras trataba de alzarme del suelo, con el puño en alto.

No sabía cómo reaccionar, así que solo esperé el impacto mientras miraba su puño aterrorizada. El cuerpo de Yves se alejó bruscamente de mí y en su rostro se formó una mueca de confusión.
Tuve que parpadear un par de veces para asimilar lo que acababa de pasar, Hyejoo había agarrado el brazo de Yves con tanta fuerza para apartarla de mí que casi pensé que se lo arrancaría.

-¿Qué mier...? -empezó Yves mirando el agarre de su amiga en su brazo.

- Joder, no hace falta llegar a este puto extremo. -habló la imponente voz de Hyejoo, que parecía estar a punto de perder los nervios. ¿Por qué ahora jugaban al policía bueno y policía malo? -. La señorita Park Chaewon va a darnos el colgante y va a dejar que Emily mire entre sus cosas, ¿verdad que sí? -sus ojos oscuros se posaron en mí y yo negué ansiosamente.
Agarré mi mochila, y sin esperar a colocármela en los hombros, corrí hacia la salida del apartamento.

Escapé de allí, pero ojalá no lo hubiera hecho.

Mi casa estaba a unos cuarenta y cinco minutos caminando de allí, y cuando llegué, un coche negro familiar a mi vista estaba aparcado en la puerta de mi casa. Al mirar hacia mi habitación pude comprobar que el ventanal de mi habitación estaba abierto, así que mi rostro se convirtió en pánico. Lo más rápido que pude, saqué las llaves e intenté abrir la puerta, pero no hizo falta, ya que esta se abrió sola, dejando ver a una Yves sonriente. Alzó su mano para mostrar el colgante.

- Si no es por las buenas, es por las malas, rara. -dijo mientras pasaba tranquilamente por mi lado. No, no, no podía ser, yo sabía dónde lo había escondido y... Era imposible encontrarlo. De dos en dos subí los escalones que llevaban a las habitaciones. Mi puerta aún estaba abierta y la luz encendida, pero lo que no esperaba era que mi estudio, donde yo guardaba mis lienzos, también estuviera abierto...

Corrí hacia allí con la familiar ansiedad creciendo en mi pecho, pero lo que no pude creer es que prácticamente todos mis lienzos acabados estuvieran rajados, incluso los que había enmarcado, todos estaban rotos en varias tiras. Ni siquiera reparé en que Hyejoo estaba allí intentando reparar los desperfectos irreparables que habían hecho, solo... solo salió de mis labios.

-¡NO! -solté un grito desgarrador mientras iba hacia mis pertenencias más preciadas, intentando colocar las tiras de tela, pero no se podía hacer nada ya-. No, no, no... por favor... dime que no... -no podía controlar mi cuerpo estaba temblando, me faltaba la respiración. Tantísimos años, tantas horas en aquella habitación plasmando los pensamientos que era incapaz de expresar por mi voz... todo hecho pedacitos.

- ¿Chaewon? -me volteé al escuchar aquella familiar voz, y el rostro de Hyejoo era un verdadero poema.
Mis lágrimas comenzaron a empapar mis mejillas, y yo negué, ella intentó alcanzarme, pero salí corriendo antes de que eso pasara, consiguiendo llegar al baño donde me encerré con pestillo. Desde dentro podía escuchar los golpes que Hyejoo daba a la puerta.

- Chae... por favor...

Me abracé a mis rodillas mientras lloraba y lloraba, mi respiración no se normalizaba, llegaba hasta a marearme que estuviese hiperventilando mientras sollozaba, pero en ningún momento levanté mi cabeza de las rodillas.

- Chaewon, por favor, contéstame... Sé que puedes. Ahora sé que puedes. -Pequeños sollozos iban llegando repentinamente a mi cuerpo -. ¿Por qué me has ocultado que en realidad hablas? Nos hubiéramos ahorrado todo esto y... Mierda. Solo... Yves me dijo que esperara fuera y no supe... joder, no supe qué iba a hacer hasta que entré y vi todo... -di una fuerte patada a la puerta con lo que supuse que la asusté, porque se detuvo durante unos segundos, para después seguir. -. Chaewon... Chae, eh... No voy a irme hasta que abras la puerta, así que abre, por favor... Abre...

Mis dedos se enredaron en mi largo cabello y tiré de el hasta que quemé toda la rabia de mi interior. Quería golpear a Yves por lo que había hecho a todos mis esfuerzos... a mis vías de escape, ¿Quién podía ser capaz de hacer algo así con el arte?

- Chae... Respira... -supuse que mi respiración se escuchaba demasiado alto y que por eso lo había dicho, pero no me hacía gracia que estuviera allí. Si había hablado no era por confianza, era porque no sabía que precisamente ella estaba conmigo y había visto el desastre... Otro sollozo salió de mi pecho sin poder reprimirlo.

- No voy a irme hasta que salgas de ahí. -escuché su ropa rozarse con la puerta, por lo que supuse que se había sentado con la espalda pegada a esta, pero no me importó. En cualquier momento llegarían mis padres y ella se tendría que marchar.

No sé cuántos minutos pasaron, pero aquellas cuatro paredes cada vez me agobiaban más. Notaba como mi pecho se apretaba y necesitaba salir, necesitaba ponerme cuanto antes a guardar mis cuadros y a restaurarlos de nuevo... No podría perdonarme el dejarlos así. Cuando abrí la puerta de repente, Hyejoo cayó de espaldas a mis pies.

- Ouch... -casi ni la miré, porque mis pies se movieron por inercia hacia mi estudio. Me entretuve en poner todos y cada uno de mis mejores lienzos sobre el suelo, juntando con mis manos las tiras de tela que había sobre este. -. Chaewon, lo siento, yo... -Hyejoo pareció darse por vencida cuando vio que la estaba ignorando por completo-. Solo lo siento.

Oí cómo dejaba algo sobre mi escritorio y se marchaba, porque escuché también la puerta de la entrada cerrarse. Sinceramente me daba absolutamente igual lo que pasara con ella, podía seguir soportando a Emily, Taeyang y su séquito como lo había hecho todos estos años.

Últimamente me estaba sorprendiendo mi incapacidad por calcular el tiempo, porque cuando acabé de juntar todos los pedazos, mi madre llevaba 3 llamados a merendar, y sinceramente no recuerdo haberla escuchado entrar. El cuarto llamado lo hizo Minhyo, quien daba pequeños toquecitos en mi puerta.

- Ya voy, Min... Ya voy. -levanté la vista de todos los lienzos destrozados, acabando por estirar las piernas. Tan solo mi pie izquierdo se había quedado un poco dormido.

Algo llamó mi atención, y es que había un sobre blanco en mi escritorio. ¿Era de Hyejoo? Con mucho cuidado, lo abrí, porque la curiosidad me podía y... bueno, porque de nada me iba a servir no abrirlo.

"10 pm, Haeundae. No llegues tarde". 

No te rindas [hyewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora