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Un Jungkook sudoroso y cansado se hallaba en medio del "pequeño" gimnasio de su casa.

Dejó en el suelo las dos pesas que había estado utilizando antes y se acercó hacía el lugar en donde había dejado su toalla, para después pasarla por todo su cuerpo, secando las pequeñas gotas que caían por toda su piel.

De pronto, su móvil empezó a vibrar, indicando que alguien le estaba llamando, ni siquiera miró de quién se trataba, simplemente contestó.

— ¿Quién es?— Preguntó dejando la toalla a un lado.

Se escuchó una pequeña risita al otro lado de la línea— ¿Tan rápido te has olvidado de tu padre, hijo mío?

Oh, no.

— Uh, ojalá pudiera hacerlo.

— Me encanta tu sentido del humor, hijo— Contestó riendo. La cosa era que Jungkook no lo había dicho de broma— ¿Cómo has estado? Si no recuerdo mal, estás de vacaciones, ¿cierto?

Jungkook enseguida supo lo que significaba esa pregunta— Ve directo al grano papá.

— Está bien. Mañana es la cena de navidad que organizamos cada año y van a venir unos socios muy importantes con los que intentaremos firmar un contrato, entonces...

— No. No voy a ir si es lo que pretendes.

— Es necesario que vengas, Jeon— Habló con un tono más firme.

— Se supone que es una cena de empresa, ¿Por qué tengo que ir yo? ¿Acaso yo podría influir en la decisión de tu socio?

— Es muy probable que sí...— Sabía que Jungkook se enfadaría por lo que estaba a punto de hacer, pero no había otra forma— Este socio tiene una hija y...

Jungkook se quedó de piedra, ¿de verdad pretendía que él y...? No. De ninguna manera— ¿Estás bromeando, cierto? ¿Pretendes que me haga novio de esa chica para favorecer tu negocio? ¿Acaso no te quedó claro cuando te dije que no me gustaban las mujeres? Ya sabes la respuesta. No, no voy a ir, y si vuelves a llamar espero que no sea para utilizarme de esa forma.

Y colgó.

Lanzó su móvil de mala manera hacia la pequeña mesa que tenía allí, por desgracia, el aparato cayó al suelo, seguramente estaría roto pero no hay nada que la cinta adhesiva pueda arreglar.

Ugh, ¿Cómo podía hacer eso su propio padre? Simplemente no lo podía creer.

Subió al segundo piso y se dirigió hacia el baño, allí se dio una ducha rápida y se puso ropa limpia.

Ya cómodo y limpio, bajó a prepararse el desayuno, porque, sí, lo primero que había hecho al despertar fue hacer ejercicio y todavía no había desayunado.

Cocinar como tal, Jungkook no tenía mucha idea, sabía cosas básicas y eso gracias a internet, por eso la mayoría de veces pedía comida a domicilio, pero esta vez intentó hacer un desayuno bien hecho. Y decimos "intentó" porque no lo había conseguido del todo, estuvo a punto de quemar los huevos revueltos que había estado haciendo con mucha delicadez, al igual que las tostadas, una de ellas había acabado media quemada, pero todavía era comestible.

Con un café medio amargo, unos huevos revueltos casi quemados y dos tostadas, igual, casi quemadas, se sentó en la mesa del comedor.

Nada más dar el primer sorbo de su café, el timbre de su casa sonó, interrumpiendo su agradable desayuno.

Soltó un largo suspiro antes de abrir la puerta, y cuando lo hizo...

— Que alegría verte, hijo— Dijo el hombre pasando al interior de la casa.

Enemigos|| KookGi (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora