Control

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Ya conociste mi rutina, es hora de que conozcan mi vida. Mi mente, pensamientos y emociones. Es hora de que me conozcas realmente. Ahira te toca escucharme. ¿Quieres escucharme? ¿Saber lo que pasa por mi mente? ¿Mis pensamientos y emociones? ¿Estas listo? Es hora de que entres en mi mente.

Mis pesadillas aumentan.
Cada día mis sueños son diferentes.
Donde mato a las personas importantes en vida, al igual que personas conocidas y personas en este manicomio.
De diferentes formas, maneras.
Ellos me dicen que maté, tengo miedo de que me controlen y haga lo que ellos dicen.
Me da miedo la satisfacción que me da matar en mis sueños. No quiero matar a nadie y menos a T.N.
Donde al despertar me arrepiento de mis sueños.

Quiero salir de esta realidad donde estoy siendo atormentado por demonios que viven en mi cabeza, sin escapatoria.

Donde la imaginación domina mi mundo, mi vida y mi mente.

Ellos nunca se van, nunca se irían.

Cada momento de mi vida están acechandome, maldiciendo cada movimiento que realizó al igual que mis decisiones. Donde en cada segundo me repiten, me recuerdan lo inútil que soy, el moustro que soy realmente.

Intentó escapar pero no hay salidad de lo que realmente soy.

Mi vida no es perfecta, pero haré que lo sea.

Hablo solo porque no hay nadie que me escuche, solo ellos, mi única compañía. El contacto con la realidad cada día es aún más difícil de conseguir.

La misma rutina no me ayuda. Que nadie me hablé lo hace más difícil. El día de visita lo esperó como nunca he esperado algo.

Hoy me desperté más temprano que todos los de esta habitación. Salí de la cama, comencé a sacudir la cama acomodando las sábanas, con un perfecto alineado. Estire cada parte de mi cuerpo. Tenía que esperar a que llegará la hora asignada para la ducha. Mientras esa hora llegaba saque del cajón la toalla de baño, el sampoo, el jabón neutro para la piel, una pequeña esponja y ropa interior.

Tomé mis cosas, me dirigí al cuarto donde nos bañamos. No era el único ya listo, habían como cinco chicos más formados. Comenzaron a avanzar donde teníamos que desvestirnos, dejando la ropa en el lugar correspondiente para ser lavanda. La pena de mi cuerpo hacia que después de quitarme la playera y el pantalón me cubriera con la toalla la parte de abajo del abdomen para poder quitarme la ropa interior. Y otra vez a formarse, la fila era más corta ya que muchos se tardaban. Era mi turno, pasé a la regadera cerrando la puerta de ésta pequeña habitación. Acomode la toalla y mis cosas. Como ya habían pasado algunos antes que yo dejan la regadera abierta dejando caer el agua en mi ser. Deje que cayera sobre mi cuerpo el agua caliente que tanto me tranquiliza, tome el sampoo lavando mi cabello, tome el jabón neutro y la esponja comenzando a lavar mi cuerpo. No nos dan mucho tiempo para ducharnos escasamente cinco minutos. Así que enjuague mi cuerpo y mi cabello. Cubriendo mi cuerpo con la toalla, salí y me dirigí donde me darían el uniforme azul al igual que la playera blanca. Seque mi cuerpo, tome la ropa, me cambie y salí de ahí en dirección a la habitación donde me correspondía. Abrí el cajón nuevamente acomode las cosas que ya había utilizado, saque la crema corporal, me aplique un poco, me puse calcetines y tenis, salí y me dirigí a formarse para el desayuno.

El desayuno, leche tibia, un pequeño pan, dos tortillas y papas con queso y jamón sazonada con mantequilla.

- No te lo comas trae veneno - dijo una voz.

- Te morirás si comes - otra dijo.

No quería creerles pero me da miedo de que sea real. No quiero morir, quiero estar con T.N.

Trastornos Mentales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora