¡Estas Loco!

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—¡Jimin tranquilo!— hablo la señorita de bata blanca.

Me levanté todo alterado tenía tanta furia, quería matar o morir.
Ellos no me dejaban y nunca ¿lo harán?
Lleno de odio me levante tirando todo a mi alrededor

—¡Tenemos que amarrarlo!— se gritaban entre sí.

—¡Hay que Sujetarlo!—

—Jimin tranquilo, cálmate — trataban de calmarme.

–¡Que!— No veo, siento que me voy a desmayar.

El tiempo paso y desperté unas horas después malditos enfermeros me inyectaron un tranquilizante y lo peor es que estoy atado a mi cama.

—¡Loquito!– hablo nuevamente la voz.

–¡¿Que quieres ahora?!– pregunté fastidiado.

–Hay ese humor no me gusta nada Jimin –

–Que esperabas si por tu culpa estoy ¡atado!–

–Yo no te dije que te pusieras así –

–No pero–

–Pero ¡¿Qué?!–

–Olvidenlo y déjenme en paz–

–Tu amada T.N esta muerta, tu la mataste.– no dejaban de repetir esas malditas palabras.

–Eso no es cierto, fue un accidente, yo la amo jamás le haría daño solo quería que fuéramos felices juntos y formar una hermosa familia –

–¡¿Familia?! Si estás loco, un loco como tú no se merece a T.N –

–¡Cállate! ¡Estoy harto de ustedes!–

–¡Salgan de mi cabeza! ¡Y de mi vida!–

–Espera Jimin dejame lo pienso mmm... ok nos vamos.– dijo burlón.

J–ajaja te lo creíste Jimin. ¿Por qué no entiendes que nunca te dejáramos? Somos parte de ti.–

– Si Jimin, si tú mueres nosotros también.–

–¿Por qué no te matatas? Es la única forma en la que te dejaremos.–

– Solo tu muerte nos hará desaparecer –

–¡No! ¡No lo haré! Seguire viviendo por T.N. seremos felices.–

–¿Aún qué tengas que vivir con nosotros?–

–Si eso tengo qué hacer, lo haré. Todo por T.N.–

–Mira Jimin nunca serás feliz con T.N
¿por qué no lo entiendes Jimin?–

–¿Por qué debo de hacerlo? T.N me ama ¿Por qué no lo entienden ustedes?–

– Hay Jimin, que terco eres. T.N no merece soportar a un loco cómo tú. Ella merece ser feliz con alguien que la merezca. Y ese no eres ¡tú!–

–¡Yo no estoy loco! T.N me ama.– mis lágrimas comenzaron a caer, mis ojos ya no eran capaces de soportar tanto dolor.

–O mira ya hiciste llorar al bebé.– dijo burlón

–Un loco llorón nunca lo esperé.–

–¡Ya déjenme!– volví a suplicar.

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