Nunca•La Hija Perdida | Draco Malfoy

Capítulo 15 - La verdad y Otras mentiras

"¡NECESITO SABER LA VERDAD!" Grité con furia pero mis palabras no parecían significar nada para Dumbledore. Apenas se había movido desde que empecé a gritar, algo que me estaba alterando aún más.

"¿Qué quieres decir con verdad? No entiendo de qué estás hablando", dijo bajando sus gafas con un movimiento suave.

"Profesor, desde que puse un pie en Hogwarts, he sabido que usted ha estado ocultando algo. El hecho de que intente que no sea un problema no significa que no lo note!" Grité pero al mismo tiempo intenté calmarme. Lo único que conseguía gritando era hacerme parecer aún más débil.

"Señorita Wallis, apenas puedo-" dijo y negó con la cabeza.

"Profesor Dumbledore, no quería llevar esto más lejos pero no me deja otra opción. Estoy absolutamente segura de que me está ocultando algo. Estoy segura porque lo he visto -dije pero estas palabras no parecían explicarle nada. ¿Podría haberme equivocado tanto? Sin embargo, continué. "Vengo directamente de mi clase de Adivinación y-" Dije mientras mi voz iba bajando. Pero para cuando escuchó la palabra Adivinación, los ojos de Dumbledore se dispararon a buscar los míos, brillando con una combinación de miedo y sorpresa. "Vi a una mujer entregándole una niña. Y la niña se llamaba Annalise. Dijo que alguien venía a por ella. ¿Estoy loca al pensar que esa niña era yo?

"¿Adivinación?", dijo y se puso de pie de inmediato, sin dejar las manos del escritorio. "¿Dijiste que estabas en clase de Adivinación?"

"Estuve. Y me fui porque vi algo". dije, sorprendida yo misma de que por fin se interesara por lo que estaba diciendo.

"¿Qué viste exactamente?", dijo y sus ojos se abrieron más y más.

"Fue algo parecido a un sueño, pero no estaba durmiendo. Fue como una... visión", admití.

"Una visión...", dijo pensativo, moviéndose por fin de su sitio y caminando de arriba abajo junto a su gran biblioteca. "Una visión...", repitió.

"Sí, una visión", dije, y me pregunté por qué estaba tan interesado en esto. Habiendo lanzado en un mundo lleno de magia hace sólo dos años, no me parecía imposible que ver visiones fuera un fenómeno frecuente. "¿Qué pasa?" Pregunté.

"No puede ser... No puedes tener..." dijo pero parecía más bien un murmullo para sí mismo.

"¿No puede tener qué? ¿Qué he hecho?"

"Anne", dijo y se acercó a mí, poniendo sus manos sobre mis hombros. "La perspicacia no es, en efecto, un don poco común. Pero no es una casualidad que tengas el poder de ver el futuro. Este don te lo ha dado alguien", dijo.

"¿Me lo ha dado? ¿Por quién?" pregunté.

"No es un don que se pueda dar con un simple hechizo, si es a lo que te refieres. Es genético".

"¿Genético? ¿Cómo podrían haberme pasado un don desde el momento en que no eran capaces de poseerlo? Sólo eran muggles..." Dije medio cerrando los ojos, incapaz de pensar en una respuesta.

"De eso, te equivocas... Tengo que admitir que no he sido del todo sincero contigo. Hay algunas cosas que no sabes ni de mí ni de ti".

"¿Y cuáles son esas cosas que no sé?" pregunté sin dudar, aunque podía sentir que la respuesta venía directamente hacia mí.

"Es sencillamente difícil de explicar", dijo y se sentó en los escalones que conducían a su despacho.

"Me han dejado en la oscuridad durante mucho tiempo. Necesito saber la verdad, sea cual sea", dije y me senté a su lado.