Nunca•La Hija Perdida | Draco Malfoy

Capítulo 22 - Torneo de los Tres Magos

La ceremonia de clasificación acababa de terminar, pero aún no empezaba el banquete. Albus iba a anunciar algunas cosas primero y la mayoría de nosotros se preguntaba por qué había una mesa vacía más al final de cada casa.

Y mientras intentaba que estas cosas insignificantes parecieran importantes para poder destruirme, el sentimiento de culpa aún no se había desvanecido. Ahora que ningún Ravenclaw se atrevía a sentarse a mi lado, sólo tenía a Luna como compañía. Miré a Draco y traté de sonreír cuando descubrí que estaba mirando hacia atrás. Él también parecía triste. Supongo que sus amigos también se habían enterado de lo mío y ahora sólo estaba Blaise Zabini a su lado.

"Todos me odian..." Le susurré a Luna.

"Nadie te odia", dijo la chica que estaba sentada a mi lado. "Sólo se ponen nerviosos cuando estás cerca". Era más bien bajita para nuestra edad, pero tenía un exquisito y liso pelo negro.

"¿Por qué lo harían?"

"No todas las chicas Ravenclaw atraen a alguien como Draco. Creen que hay algo diferente en ti que no pueden explicar. Yo, en cambio, no tengo ningún problema contigo". Fue una especie de alivio que ella dijera eso, pero aún así se sintió un poco fuera de lugar que todo el mundo de repente pareciera saber que había algún coqueteo de ida y vuelta entre Draco y yo. "Mi nombre es Cho".

"Anne". Nos dimos la mano.

"Lo sé. Todo el mundo te conoce ahora que la historia de tu padrino se ha difundido. ¿Tienes alguna idea de lo que está pasando? Ya deberíamos estar comiendo", dijo mirando a la gran mesa de profesores que había al final del Gran Salón.

"No tengo ni idea", dije pero entonces vi a Albus caminando hacia el centro del Salón.

"Ahora que estamos todos instalados y ordenados, me gustaría hacer un anuncio. Este castillo no será tu casa este año, sino el hogar de unos invitados muy especiales. Verán, Hogwarts ha sido elegido..." su voz fuerte y profunda se detuvo cuando el señor Filtch entró corriendo en el Salón y le susurró algo al oído. "Así pues, Hogwarts ha sido elegido para albergar un evento legendario. El Torneo de los Tres Magos. Para los que no lo sepan, el Torneo de los Tres Magos reúne a tres colegios en una serie de concursos mágicos. De cada colegio, se selecciona un estudiante para competir. Que quede claro, si es elegido, se queda solo. Y créanme cuando digo que estos concursos no son para los débiles de corazón. Pero más de eso después. Pero ahora, por favor, acompáñenme a dar la bienvenida a los estudiantes de la Academia de Magia de Beauxbatons y a la directora, Señorita Maxime".

La pesada puerta se abrió y lo primero que vimos fueron 5 docenas de hermosas damas entrando al Salón bailando. Detrás de ellas, pudimos ver a los chicos, menos numerosos pero también de buen aspecto. Parecía que todos los chicos de la sala se habían fundido en la nada y que todas las chicas echaban humo de rabia. Le eché una mirada a Draco, sólo para satisfacer mi curiosidad de lo susceptible que podría ser a la vista de mujeres con aspecto de modelo. Me devolvió la mirada con indiferencia. Satisfecha de que las hermosas veelas no llamaran su atención tanto como la de los otros chicos, me volví para mirar a Albus.

"Y ahora, nuestros amigos del norte, por favor, saluden al orgulloso Instituto Durmstrang y a su director Igor Karkaroff".

Los alumnos de Durmstrang entraron. Debo confesar que estaba hipnotizado por sus brazos fuertes y en forma, pero no eran nada para mí contra Draco.

Sin embargo, resultaba que estaba sentada en el extremo de la mesa, justo enfrente de los Ravenclaw recién clasificados. Cuando un Durmstrang mayor con una mandíbula salvaje se sentó a mi lado, los ojos de Draco se dispararon como dagas.