Capítulo 23 - Beso

372 47 8
                                    

La noche era fría arriba. Sin embargo, no había nubes y podía ver el cielo nocturno azul y negro. La luna tenía el color del pelo de Draco y el lago tranquilo y claro reflejaba las estrellas, como si fueran defectos dibujados sobre un lienzo perfecto. El aire fresco jugaba con mi pelo y mi jersey y hacía que mi pálida piel doliera con la placentera sensación de frescor. Esta tranquila noche no podía ser más perfecta.

Aunque había venido aquí a pensar, no podía, en este tipo de ambiente. Dejé que mi mente se abriera y se despejara, todos los pensamientos y los miedos se perdieron.

Algo más rondaba dentro de mi cabeza, algo que temía no dejar de pensar hasta dejar que unas lágrimas silenciosas mojaran mi rostro. Hoy era 1 de septiembre. Hacía tres años que mis padres habían muerto. Los había echado de menos más de lo que podía admitir y pensaba en ellos más veces de las que me permitía. Todos esos pensamientos que me había obligado a sacar de mi cabeza, habían vuelto. El pensamiento de que no tenía un hogar al que volver en vacaciones. Sin padre y madre que te reciban en casa por Navidad. No estaba sola en el mundo, tenía a mi padrino, pero ¿era eso suficiente? Sabía que me faltaba algo. Algo que Albus no podía sustituir. Y aunque ya había aceptado el hecho de que no van a volver, no pude evitar recordar la última vez que los vi en el andén 9 y 3/4. Mi madre diciéndome que estaba muy orgullosa de mí, mi padre diciéndome que me quería. Recordé la última vez que me despedí de ellos mientras el tren partía. ¿Quién iba a imaginar que unos minutos después estarían muertos dentro de los restos de nuestro carro en llamas?

"Sabía que estarías aquí..." La voz de Draco rompió el silencio, me apresuré a secar las cálidas lágrimas y a aclarar mi agria voz. Se acercó y se puso a mi lado, examinando mi cara y mis ojos rojos e hinchados. "¿Estabas llorando?" Demasiado tarde, ya se dio cuenta.

"No, ¿por qué iba a hacerlo?" Mi voz era débil y temblorosa.

"Sé qué día es hoy", dijo y me dirigió una mirada de verdadera y rara simpatía.

"¿Cómo supiste de este día?" pregunté, medio suspicaz y sorprendida.

"Si algo se me quedó grabado de nuestros dos primeros años aquí, fue que esa Ravenclaw sangre sucia siempre está aquí arriba llorando por sus padres", dijo. Podría haber sonado cariñoso en su retorcida cabeza, pero sólo salió en forma de insulto.

Fruncí el ceño. "¿Y cómo sabías que estaba aquí?" Dije después de un momento olvidando a duras penas que su respuesta no era suficiente para mí.

"Simplemente supe... Aunque tuve que dejar caer alguna poción para dormir en la bebida de Filtch... Parece que mi único don son las Pociones; se durmió enseguida. Tenía que asegurarme de que nadie nos distrajera o interrumpiera esta vez" dijo dando una obvia pista sobre el tren y los esfuerzos de Luna por interrumpirnos. "¿Te sientes mejor?" preguntó sin demora.

"¿Debería?"

"Nunca tuve la oportunidad de decirte que siento mucho tu pérdida", dijo y yo asentí con una sonrisa.

"Sí, preferiste intimidarme por ser huérfana, gracias por recordármelo", dije. En otro momento habría hablado totalmente en serio, pero esta vez decidí reírme de ello, sin importarme ya si era la verdad.

"¡Ya estamos otra vez!", se rió conmigo. "¿Cómo es que no estás en Slytherin? Eres tan sarcástica como nosotros!"

"Se llama ingenio y es una ventaja", dije.

Las cosas se pusieron serias después de eso. Dejamos de reír y miramos el lado serio de nuestro pasado.

"En serio... Fui un idiota. Acababas de perder a tus padres", dijo cuando el silencio se apoderó de nosotros.

Nunca•La Hija Perdida | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora