Capítulo 1

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♡ Zoe♡

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♡ Zoe♡

Miré el televisor de la sala con flojera, ya que nada de lo que  salía me llamaba la atención. Al mismo tiempo esperaba a que mi pedido llegará. Estaba apunto de rendirme por el sueño, cuando el timbre de la puerta se escuchó a lo lejos llamando mi completa atención.

Me puse de pie y comencé a caminar con pereza hasta la puerta principal. Las mañanas eran complicadas de lidiar, más aún con un sueño profundo de por medio.

—De seguro es Marlyn—dije para mí misma, mientras me acercaba hacia la puerta para abrirla.

Y ahí estaba puesta de pie. En frente mío. Marlyn, mi mejor amiga, con una sonrisa en sus labios que siempre adornaban su rostro. Las ojeras que tenía debajo de sus ojos reflejaban lo poco que había dormido la noche anterior.

—¿Cómo estás?—preguntó apresuradamente, mientras cruzaba la puerta con prisa.

—Lo mejor de la vida—dije con sarcasmo—. A lo que viniste. Todavía no llegaron—dije en un tono serio, pero ambas sabíamos que era una broma.

—Que mal—se lamento.

—Ni me lo digas, llevó dos horas esperando—dije irritada—. Sube, podemos esperar en mi habitación.

—Ya me tengo que ir. Mamá me pidió que recogiera a Lucy de la casa de su amiga.

La sonrisa que deseaba reflejar también ocultaba la pereza que tenía por hacer lo que su madre le perdió.

—¡Nos vemos!—se despidió con ese entusiasmo que la caracterizaba.

Me dio un beso en la frente y la pobre se esforzó por hacerme sentir su buena vibra.
Esa era Marlyn. Siempre intentando animar y hacer sentir bien a los demás. Solía ser mejor persona de lo que los demás se lo merecían.

Muy diferente a mí.

Le di una mirada malhumorada por su afecto. Eran años de amistad, pero el contacto físico efusivo era demasiado para alguien como yo.

Vi con flojera como Marlyn se dirigía hacia la salida con la idea de irse.

—¡Me escribes cuando lleguen!—gritó casi llegando a la salida.

La vi casi saliendo de casa, cuando recordé que ella había cambiado su número de teléfono y justamente se me había olvidado pedirle que me lo diera.

—¡Espera! No tengo tu nuevo número de teléfono para escribirte.

Le hablé antes que pudiera salir de casa. Marlyn retrocedió y volvió hacía mí.

—Se me había olvidado dártelo—hablaba, mientras buscaba su propio número en su perfil de WhatsApp.

—¡Marlyn! ¿Es un chiste, verdad?—intenté guardar la paciencia.

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