AMOR

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... Escúchame —dijo una voz al Astronauta, todavía encontrándose en el interior de la habitación de cristal rojizo.

—¿Quién me habla? —preguntó el Astronauta, recuperando un poco de aquel tono alegre que tenía al inicio de su partida hacia el espacio exterior.

—Soy Lucas —respondió la voz.

—Lucas, ¿eh? ¿Eres tú a quien estaba buscando?

—La verdad no sé. ¿Qué estás buscando?

—Respuestas, amigo, respuestas. Más que nada respuestas a un sentido. ¿Seré un personaje inventado por otro? ¿Tú eres mi autor?

—Ja, ja. No sé de qué me hablas. Pero creo que te asustarías si te digo lo que realmente siento que eres para mí.

—¡Dime, dime, dime, dime! ¡Tienes que decirme qué soy!

—No creo que sea el momento, la verdad. Me gustaría que me contarás más sobre ti.

—¿Sobre mí? Pues de mí no hay mucho, amigo. La verdad no tengo una muy buena historia. No recuerdo muy bien mi inicio, ni me interesa saberlo. Solo sé que algo en este lugar me llamó y he venido a buscarlo, es lo único importante en mi vida.

—¿Un lugar? ¿Cuál lugar?

—El Palacio Galáctico. Es muuy grande, ¿sabes?

—Pero, a ver, a ver. ¿Estás diciéndome que este palacio te llamó?

—Dije que algo en él me llamó, no que el Palacio Galáctico me llamara. Tal vez fuiste tú, pero parecía más ser un sentimiento o sensación que una persona.

—Me suena familiar. Nos parecemos un poco, yo tampoco recordaba muy bien el inicio de mi historia, pero poco a poco pude entenderlo. Ese sentimiento... ¿Podría ser amor?

—Podría ser, sí... Creo que aquí la diferencia entre tú y yo es que a mí no me interesa ni un poquito mi historia.

—¿Será por algo?

—¿A qué te refieres, mi buen amigo?

—Si hay alguna razón por la que no te interesa conocer tu historia.

—Hm. La verdad es que no. Simplemente no me interesa mucho que digamos.

—Ya veo. ¿Podré conocerte?

—Ja, ja. Justo yo te iba a hacer esa pregunta. No sé. Ni siquiera sé quién o qué eres.

—Ya te dije. Soy Lucas.

—¿Pero qué eres, Lucas? ¿Qué eres realmente? ¿Eres un humano? ¿Una persona? ¿Un autor? ¿No serás también un personaje inventado por otro?

La voz permaneció en silencio, dudando también de su propia existencia. Lucas entró en un cuestionamiento algo aterrador. ¿Y si era el Astronauta el que lo estaba imaginando y no él? ¿Y si él era el personaje inventado? ¿Cómo podría asegurarse de que él no estaba siendo soñado por el Astronauta?

Quizá era mejor desconocer la respuesta. Al menos por aquel momento, hasta llegar a la claridad de la verdad. 

MI QUERIDO ASTRONAUTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora