Gayoung
Caminaba por las calles de regreso a casa, esta vez había decidido dejar mis cosas en los casilleros de la escuela, quizás así, de algún modo, me libraría de Kino.
También había que añadir el hecho de que estaba intranquila, pues las palabras que me había dicho mi hermano el día anterior no habían dejado de dar vueltas en mi cabeza.
Algo me decía que ese "loco" podía ser el chico de los cabellos rubios que me había cruzado también el día anterior. He de admitirlo, su aspecto causaba escalofríos. Su rostro inexpresivo y aquellos ojos que mantenían una fría mirada todo el tiempo te descolocaban en cierto punto.
En el camino me plantee la idea de tardar más de lo normal, mi hermano no estaba en casa, se había ido al cementerio a visitar a nuestra madre. Al menos eso era lo que me había dicho por mensaje y conociéndolo, estaba claro que pasaría un par de horas allí.
Ayer, luego de esa tan melancólica plática que tuvimos mientras yo trataba de esconder sus heridas, habíamos ido a visitar a nuestro padre. La escena era malditamente triste, sabía que la situación de mi padre era algo crítica, pero jamás me imaginé que sería tanta como para los médicos del lugar tuvieran que estarlo vigilando todo el tiempo.
Las veces en las que tratamos de hablar con el, solamente nos repetía una y otra vez las mismas oraciones.
“Gayoung, ella me está mirando”.
“Me dice que debo ir con ella”.
“Mirala, está al lado tuyo”.
Eso era algo que nos preocupaba a Jinhong y a mi, no era fácil mantener un estado de ánimo positivo cuando tenías que aguantar todo el dolor que conlleva tener a una persona tan cercana en ese estado. Mi padre había sido un persona de carácter fuerte, un hombre duro de dañar, alguien que no lloraba fácil, pero el perder a nuestra madre de la manera en la que la había perdido terminó cambiandolo por completo.
En cuanto ví la hora en mi teléfono caí en cuenta de lo tarde que era, aún no estaba segura de si Jinhong ya había regresado o no, pero aún así comencé a apresurar un poco mi andar.
Tras varios minutos caminando ya podía distinguir el lugar, mi hogar solamente se encontraba a unas dos cuadras del lugar en el que me encontraba. Por inercia, apuré aún más el paso, pero una cosa hizo que me detuviera de repente.
Miré a todo mi alrededor. Aquella sensación había vuelto, y esta vez se sentía mucho peor. No podía ser Kino el que me estuviera siguiendo, pues yo misma había visto que tanto él como Yuna se dirigían en la dirección contraria a la mía.
Sentí la respiración de alguien en mi cuello y al instante me di vuelta decidida a darle una bofetada, cosa que no pasó, pues esta persona había tomado mi mano justo antes de que esta se estrellara en su rostro. Era el, el chico de rostro inexpresivo.
Un nudo se formó en mi garganta y juraría que me había puesto pálida. El simplemente me seguía mirando sin ninguna expresión mientras que yo me sentía la cosa más pequeña del mundo bajo su fuerte mirada.
Traté de forcejear para poder librarme, pero me fue imposible y tomó mi otro brazo haciendo aún más imposible aquella tarea. Con desesperación miré hacia el cielo, rogando que llegara alguien y me salvara de este tipo. Entonces me soltó de repente y yo no pude evitar volver a mirarlo. Sé estaba burlando y eso lo sabía porque en su rostro apareció una sonrisa ladina.
Apreté los puños y me di vuelta para seguir mi camino hacia casa. Pero el desgraciado me seguía. Suspiré un par de veces antes de volver a darme vuelta y atreverme a enfrentarlo.
—¿Podrías dejar de seguirme? ¿Que demonios quieres¿ —exclamé harta de la situación. El simplemente metió sus manos a sus bolsillos.
—¿Y arriesgarme a perderte?, Ni estando loco. —respondió de una forma tranquila y sin despegar su vista de mi— Pienso seguirte toda mi vida si es necesario.
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Dark Angel | Vernon
Hayran Kurgu¿Cuáles son las probabilidades de que te vuelvas el objetivo de un ángel que ha sido desterrado?. Pues para Kim Gayoung eran muchas. 04/06/21 (Primera publicación) 14/02/24 (Segunda publicación) Heterosexual No copias ni adaptaciones.