¿Por qué... tenías que cambiar? (Kaneki x Touka)

Tormenta

Un estruendo en medio de la noche. 

Una columna de humo elevándose hacia el cielo nocturno. 

Y una pareja de ghouls. 

En medio de su sueño, un sonido muy fuerte despertó a la mitad de Tokio, entre ellos, Ken Kaneki y Touka Kirishima. ¿El origen del estruendo?, una cafetería, común y corriente a simple vista.

Una cafetería llamada Anteiku.

Touka POV

La mirada en el rostro de Ken era preocupante.

- ¿Qué estás pensando hacer? - el volteó hacia mi.

- No... no puedo dejar que mueran... - su voz se quebró un poco. El problema es que no sabía qué responderle... de alguna forma, él tenía algo de razón. Si el objetivo era el búho, estarían presentes los investigadores más experimentados del CCG. No era muy esperanzador. 

- ¿Estás pensando en ir...?

- No lo sé... no lo sé... 

- Kaneki...

- No quiero dejarlos a su suerte, pero... si ir significa dejarte sola... creo que no lo haré...

- Yo también quiero ir. 

Sorprendido por lo que dije, me miró con los ojos bien abiertos. 

Si, quería ir. A pesar de los riesgos, a pesar de que habían investigadores del más alto nivel. Sentía la necesidad de hacerlo, como si buscase pagarle a Anteiku lo que hizo por mi. Incluso si no lo logro, prefiero caer defendiendo lo que quiero, que quedarme cruzada de brazos. 

- Touk...

- No me vas a convencer de no ir. Yo también quiero pagarle a aquel lugar todo lo que me dió.

- Pero... 

- ¿Pero qué? - hace unos momentos el se veía desesperado por ir, y ahora al parecer no quería... ¿por qué? - ¿ya no irás?.

- No es eso...

- Entonces... ¿qué?. Dímelo.

- Porque yo no... - su voz se volvió débil de repente - no quiero perderte... no quiero que... todo se repita de nuevo... no quiero... por favor... no vayas... déjame ir a mi... no quiero perderte... - unas lágrimas brillaban en sus mejillas. Nunca lo había visto así - creo que tenías razón... no quiero perder a nadie importante para mí... pero es para no quedarme solo... soy un idiota... soy un idiota... no puedo hacer nada... no puedo proteger a nadie... ¿qué hago?, ¿qué hago?... 

- Kaneki. No digas eso, no eres un inútil ni un idiota. No eres nada de eso. No eres un egoísta. Yo... yo también siento miedo de perder a la gente que quiero para no quedarme sola. Es algo normal. Y... tranquilo. De verdad quiero ir... pero, si te preocupas tanto... 

- Touk...

- Tú te preocupas mucho por mí. Así que yo también quiero protegerte Kaneki. Si no quieres que vaya, no iré. Pero, si piensas ir solo... no te lo permitiré. Estamos juntos en esto. 

Kaneki levantó la mirada, y parece que estaba pensando un poco, hasta que respondió.

- Está bien... iremos, los dos. 

Ambos comenzamos a vestirnos, sacamos nuestras máscaras, y en unos pocos minutos ya estábamos corriendo por la calle. Mientras salíamos comenzó a llover levemente, pero a mitad de camino ya había aumentado en intensidad. En unos veinte minutos ya estábamos llegando al distrito veinte, y lo que vimos fue una enorme columna de humo elevándose hacia el cielo.