La Vida de un escritor De misterio puede volverse eso mismo, misterio. Su entorno se torna un misterio. Hasta los escritores más Despiadados tienen a Quien amar, Gianna Fiore una artista que es la protagonista del libro de su padre, él tras su desg...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jugo de naranja.
Calix Russo
Habían muchos autos a nuestra disposición pero Gianna eligió su menos favorito, un deportivo descapotable rojo, ambos éramos mas de autos clásicos eso era evidente, algo más que también lo era es que eligió este auto y no el mío porque sabe que al Ken de edición barata es de gustos comunes, aunque carajo ¿Quién no ama un deportivo rojo? Si, nadie pero se que ambos nos inclinamos más por los autos clásicos y elegantes o con presencia.
Siempre poníamos música pero Hoy Gianna estaba tan nerviosa que tuve que contarle una historia cómica sobre mis años de estudió, y se calmó.
Al llegar a dicho restaurante de hamburguesas y malteadas tradicional para una cita vimos a los hermanos esperándonos fuera.
Gianna fue a saludar con ese gran espíritu y carisma suyo, ella abrazo a ambos y luego salude con un leve movimiento de cabeza.
Entramos al lugar y elegimos una mesa en el proceso Román no perdió la oportunidad de abrazar a Gianna por la Cintura, pude ver que le incómodo un poco, no sabía muy bien que hacer pero lo permitió por no molestar a nadie.
A Marian le ofrecí sostenerse de mi brazo de manera cortes para que se sintiera segura, ella no dudo en tomarlo hasta llegar a la mesa, no paso mucho y llegaron a pedir nuestras ordenes, Gianna pidió una hamburguesa y Roman alitas a la barbacoa mientras Marian Pidió una Hamburguesa doble con queso extra, y yo una simple Queso hamburguesa.
Roman y Gianna hablaban sobre cosas de la universidad o mejor dicho de él y sus deportes, y sus premios y etcétera algo aburrido y tonto para una cita, Mientras Marian y yo hablábamos de su carrera de modelo y la mía de estudiante de Literatura.
Era entretenido hablar con ella, era notorio que le gustaba o al menos le agradaba demasiado pero no insinúa nada y mucho menos era molesta, era muy amigable.
La comida llegó y agradecimos hasta que Gianna y yo vimos que no habían Cubiertos así que al mismo tiempo dijimos.
—Podrían traer Cubiertos por favor.—
Nos sonreímos ante la precisión de nuestras oración.
—Wow... son tan iguales—
Soltó Marian y yo negué con una sonrisa, ella es un ángel y yo un ángel caído.
—Por eso viven juntos son como hermanos ¿No?—
Román no pudo evitar dar su opinión con una sonrisa y viéndome como si amenazará con algo.
Gianna casi se atraganta con una papa frita lo cuál me hace sonreír ya que al parecer no esta cerca de verme como un hermano.
—Es por otros motivos, pero puedo asegurarte que es muy especial para mí.—