La Vida de un escritor De misterio puede volverse eso mismo, misterio. Su entorno se torna un misterio. Hasta los escritores más Despiadados tienen a Quien amar, Gianna Fiore una artista que es la protagonista del libro de su padre, él tras su desg...
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Una palabra más...
Gianna Fiore
Despertar y creer que aún estoy soñando, que las sensaciones de un beso son irreales, que nunca me había sentido tan bien en la vida, nunca había estado tan emocionada y ansiosa, nunca, había deseado tanto repetir un momento, nunca había sentido tanto por tan poco.
¿Estaré enferma?
Mis mejillas se calientan al recordar, Mis manos sudan de nervios al saber que al salir por esa puerta ahí estará, me emocionó ante la idea de compartir tiempo con él.
Hmmm si, esto no es normal.
La universidad... Bien, eso rompió mi burbuja de emoción pero no del todo, aún ansío verlo cuando me llevé a la universidad.
Bajé luego de probarme millones de prendas diferentes, pero eso no importa ¿cierto? Pero quería verme bien para Él, aunque yo siempre me miraba bien, este día por una rara razón quería que me viera... Hermosa.
Si y Él no estaba ahí...
Solo mi hermano tomando una taza de café con un periódico en la mano y leyendo este sin levantar la Mirada de su lectura habló.
-Siempre eres hermosa, hermana, ¿pero hay alguna festividad o algo de lo que deba saber el día de hoy?-
-Buenos días también para ti, y no, no hay nada solo mi aburrida vida-
Hablé sentándome a comer tostadas decepcionada de no verlo Ahí en la mesa.
-Con ver donde se sienta no adivinarás donde esta, tenía que arreglar algunas cosas de la tesis y hoy te llevaré yo.-
Le dedique una mala mirada y seguí comiendo a lo que él soltó una ligera carcajada y se encogió de hombros.
La comida fue pacífica y ambos al acabar fuimos al auto y pusimos música la cual íbamos cantando a todo pulmón y como locos, disfrutaba tanto estos pequeños momentos con él, lo quería demasiado.
Cantábamos una canción de Pink Floyd y nos quedamos sin aliento cuando acabó y Nessun dorma (La canción favorita de mi padre) inició y con esta trayendo nostalgia.
-Papá la cantaba muy bien...-
Sonreí al recordar que Giulio decía que algún día él lo superaría y la cantaría mejor.
-Si que lo hacía hermano...-
No supe en que momento las lágrimas solo comenzaron a caer quizás cuando dice princesa o quizás cuando me di cuenta que nunca más lo volveré a escuchar cantarla.
En un semáforo Giulio tomó mi mano y limpió mis lagrimas.
-Mi niña, sabes que odio verte llorar, no quiero llorar también-
