Capitulo 11

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"Recuerdos IV"

Marinette

Mientras el conduce yo me dedico a ver el paisaje, parece que vamos a las afueras de la ciudad.

—¿donde iremos?

—a un lugar

—¿queda lejos?

—si

—dame más información!!

—lo verás después

Me dedico a verlo y apreciarlo, Adrien enojado, serio o gracioso, si eso raras veces pasa, ahora es un Adrien serio, de todas formas se ve lindo.

Mi mente empieza a imaginar cómo sería nuestro futuro juntos, si es que en algún momento lo estamos.
Llevo un dedo a mi boca y empiezo a morder mi uña, ¿como serían nuestros hijos?, ¿serían rubios?,¿tendrían mis ojos o los suyos?

—¿qué?

—nada—desvío la mirada y sigo pensando en posibilidades—no es nada

—¿estás fantaseando otra vez?

—¿de que hablas?, yo no fantaseo

—si como no

Lo ignoro.

¿Si algún día tenemos un hijo como se llamaría?, sonrío al imaginarme a mis genes mezclado con los suyos sería una preciosidad, sonrío.

—pareces una loca sonriendo de la nada

—no sonrío por nada, hay cosas en mi mente que tú no debes saber y es mejor así, te asustarías, por eso solo las pienso y no las digo.

Rueda los ojos y pongo algo de música,

***

Después de unas horas de viaje y algunas paradas obligatorias por mi parte, gracias a mi hambre voraz, nos estamos acercando a nuestro destino y las bosques tan particulares de esta ciudad me recuerdan a...

Giro el rostro sorprendido hacia Adrien, él mantiene su mirada al frente pero y yo no puedo evitar lanzarme a su cuello y darle repetidos besos en su rostro hermoso.

Conques, exactamente a la abadía de Sainte Foy, un hermoso y pequeño pueblo.

—¿por eso no me querías decir donde íbamos?—el asiente—lo recordaste!!!

Tantas veces le había hablado de este lugar, cuando teníamos conversaciones normales después del sexo, como si fuéramos una pareja  entonces.

Beso su cuello y su rostro repetidamente.

—detén el auto—lo estaciona para evitar accidentes, entonces ataco su boca y me subo encima de él, sus manos entran por debajo de mi falda y acaricia mi trasero, con ambas manos me empuja hacia a él, mis manos se encuentran desabrochando su pantalón para liberar su miembro, mientras que mi boca atiende su cuello, qué haya recordado que me encanta ese lugar ya es un detalle y quiero devolverle el favor.—

Una de sus manos separa las mías y las lleva a su cuello, su otra mano libre acomoda su miembro en mi entrada y me baja por los hombros, aprieto su cuello, estoy completa con el, nuevamente sus manos van a mis caderas y empieza a moverme, mis rodillas no están cómodas, pero lo que me está haciendo le gana a toda incomodidad, doy pequeños saltos sobre el, gran error porque me golpeo la cabeza un par de veces.

Me río llevando mi cabeza hacia atrás y entonces siento sus labios absorbiendo mi cuello, bajo la vista un poco, el transpirando y con la respiración agitada luego de nuestro satisfactorio orgasmo, tomo su rostro en manos y repasarte besos.

COMO MARINETTE... NO HAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora