🎇Veintinueve🎇

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El menor se aferraba a sus hombros pálidos, jadeando en busca de oxígeno.
Quizás por eso le encantaba YoonGi, sabía tocar los puntos correctos en su cuerpo, sabía como tratarlo, sabía que decirle para erizar su piel.

El tan esperado día de san valentín, YoonGi había llamado a JiMin, ya que luego de casi tres semanas sin verse por razones personales y de trabajo, ahora por fin tenían el tiempo disponible para encontrarse.
JiMin le había pedido a la señora Kim que cuidara de JungKook por esa tarde, ya que debía trabajar en la cafetería, pero el señor Lee lo sacó un poco antes de lo normal en su horario de trabajo, es lo único que el señor pudo hacer cuando vio a su nieto acosar a uno de sus trabajadores.

YoonGi le había llamado cuando él pensaba llamar a HoSeok y preguntarle sí la licenciada Choi tendría abierto sus estudio. Las evaluaciones llegaban mas rápido de lo que realmente quisiera, y ahora que YoonGi se encargaba de su colegiatuta no podía darse el lujo de tener un bajo promedio, deseaba prácticar un poco... el mayor terminó citandolo en un hotel de lujo, como cada ocasión que se veían, y no perdió tiempo para desvestirlo y besar su cuerpo.

Se reuniron con un beso desesperado y siendo algo torpes con sus manos al momento de quitarse la ropa. YoonGi se colocó el preservativo, seguro que nada iba a detenerlo de hacerle sentir tanto placer a JiMin, como para hacerlo llorar, dijo que no sería un imbecil, pero desea hacer saber que Park JiMin tiene un hombre a su lado, que no será jamás la opción de alguien, que nadie puede tocarlo a menos que sea Min YoonGi, ese hombre que a cada paso se vuelve un poco más humano junto a JiMin, que sabe que esta entrando a un terreno realmente peligroso, que esta dejando a JiMin gobernarlo de alguna manera.

- Oh, cariño...- YoonGi le dice al oído, enviando una descarga de placer por todos su cuerpo, erizando su piel, el mayor recorre sus muslos con sus grandes manos, apretando solo un poco, lo justo y necesario para hacerlo suspirar en medio de un gemido suave.- Extrañaba esto...- YoonGi vuelve a sus labios, en un beso demandante, dejandole en claro que él será el único hombre capaz de complacerlo, el único que sabe que puntos tocar para hacerlo delirar, justo en ese momento en el que devora su boca, sacandole suspiros que mueren en sus delgados labios.

La risa cantarina de JiMin lo distrae un poco, al momento de separar sus labios y mirarse a los ojos. YoonGi tenía una fascinación con ver a JiMin cada vez que lo penentraba, odiaba perderse todas sus reacciones y gestos.

- No es el momento para reír...- dice y se dirige a besar el cuello del menor.- Quiero que digas mi nombre...- se desliza fuera de su interior, solo para penetrarlo con un poco de fuerza.

- YoonGi...- JiMin arquea su espalda, sintiendo que esta vez no durará mucho, cada fricción, cada roce en su interior, cada beso sobre su piel, le hacen perder la cordura.
Así como el mismo ha conocido como puede complacer a su amante, YoonGi disfruta cuando enreda sus dedos en su cabello, cuando enrolla sus piernas alrededor de su cintura, de esa forma el mayor puede tocar sus muslos a su antojo.- Oh... joder...

El mayor sabe pefectamente como moverse sobre su cuerpo, la velocidad que debe tener cada estocada, la forma posesiva en la que sujetaba sus caderas de vez en vez...

YoonGi sabe que JiMin está a punto de llegar, sonríe al verlo tan ansioso de alcanzar el climax. Esa mirada desesperada buscando liberarse le llena de satisfacción... aumenta su ego. Y no es por el ser dominante, simplemente es el único en conocer como hacerlo llegar, la forma lenta en que prolonga el placer en su definido y delicado cuerpo. Eso lo llena de satisfacción pura.

- Eso es...- le susurra, al sentir como JiMin entierra sus uñas en la piel de su espalda. Adora esa forma de JiMin, en aferrarse a su cuerpo.- Llega... recuerda como te toco... nadie podrá hacerte sentir lo mismo...- muerde el lóbulo de su oreja y siente que él mismo va a llegar por la forma en la que JiMin se siente en su interior.

Del placer al amor 《yoonmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora