CAPITULO III: "The Sleepy Beauty"

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-     DOBLE CAPÍTULO EN UN DÍA TAKE THAT MOTHERFUCKER'S okay no nigga OFF 

uhm seré breve xD quiero que comenten, comenten bitches <.< okay no :'3 pero SIIII

me iré a ver autos alucinantes :3 yas uhm eso xD 

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     Un sueño, una pesadilla, ¿recuerda cuál ha sido tu mejor sueño? ¿Qué tal si me hablas mejor sobre tu peor pesadilla? Bueno si no recuerdas tu peor pesadilla, te daré tiempo mientras te cuento que fue lo que soñé.

-          Estaba en una habitación con estilo victoriano, las paredes estaban pintadas de un color amarillo pálido, pero había presencia de moho en las esquinas y alrededor, del techo colgaba una araña de cristal con una circunferencia cercana al metro, estaba llena de polvo y las luces apenas lanzaban un leve destello, el piso de madera oscura estaba deteriorado y rayado, y los muebles del lugar estaban cubiertos por sábanas blancas, lo único que se lograba ver era una silla que estaba al lado de una ventana abierta, era de noche y una tormenta eléctrica estaba a punto de caer, no sabía porque pero de algo estaba muy seguro, estaba en el internado.

-          La silla comenzó a mecerse tranquilamente mientras los destellos de relámpagos la iluminaban por unos instantes, las ventanas de tela clara salían volando por el viento de tormenta demasiado rasgadas como para que algo las detuviera - ¿hola? – escuché una voz provenir desde la silla que estaba de espaldas respecto a mi lugar en la habitación, era la voz de una niña

-          ¿hola? – sabía que era estúpido pero no sabía que más decir, la silla se detuvo por unos segundos pero luego siguió meciéndose, cuando iba a levantar una pierna para acercarme a la niña un relámpago ilumino la silla y me pude dar cuenta que la silla no estaba hecha de madera, sino de huesos, huesos humanos, amarillentos y en algunas partes incluso negras debido al polvo

-          Te estábamos esperando – la luz que provenía de la araña comenzó a tomar más presencia en la sala hasta iluminarla por completo, las cortinas comenzaron a tranquilizarse hasta quedar totalmente tiesas mientras que el viento era incapaz de moverlas y seguía una corriente en la habitación. La niña volteó a verme y sonrió, su cabello era castaño y lacio, le caía hasta por debajo del hombro, piel clara y con un ojo de un color verde que parecía apacible y lleno de felicidad y un el otro de color rojo, casi parecía fuego vivo – pensé que nunca vendrías a mi tierra – un escalofrío bajó por mi espalda

-          ¿Q-quién eres? – la chica sonrió y se levantó de la silla, llevaba un vestido blanco inmaculado con detalles de perlas en el cuello y una falda con vuelo

-          Eso no importa ahora querido – la niña sonrió – además, puedo ser quien tú quieras

-          ¿Qué, que hago aquí? –la chica meneó la cabeza de un lado a otro y comenzó a observar cada centímetro de la habitación con detalle, solo que ahora no era una habitación estábamos en la cima de una colina desde donde se veía un cielo gris sobre prados de tulipanes amarillos, mi cuerpo seguía inmovilizado y ahora la niña estaba sentada observando como trataba de moverme

-          Ni siquiera lo intentes, no podrás moverte – suspiré tratando de calmarme – mira, poco me interesa lo que pienses, o lo que haces aquí, pero quiero decirte algo, Jared – hizo una pausa – este es mi lugar ¿okey? – asentí – entonces, como este es “mi” lugar, si te pido algo tendrás que hacerlo ¿okey? – volví a asentir – okey porque igual, si no quieres hacer algo – la niña sonrió – bueno, ya lo veremos

-          ¿V-ver qué? – pregunté aturdido

-          ¿Quieres una prueba? – fruncí el ceño confundido pero antes de que la niña me dejara contestar ya no estaba frente a mis ojos y mi cuerpo por fin cobró movilidad – Jared – la voz de la niña se escuchó en forma de eco por todo el pasillo muy mal alumbrado en el que estaba, las paredes grises tenían algunos dibujos alusivos a una zona de construcción y a material químico – Jared – la voz siguió proviniendo de todas partes y ninguna, corrientes heladas pasaban corriendo por todo mi cuerpo causándome escalofríos mientras que el más mínimo ruido me aturdía de inmediato; hasta que lo vi... un denso humo de color rojizo cruzó una esquina y se acercaba rápidamente hasta donde me encontraba, por unos segundos me quedé congelado hasta que la niña volvió a hablar segundos antes de que el humo me alcanzara – ¡corre! – sin oponerme di media vuelta casi tropezando y comencé a correr por el pasillo que parecía interminable, los focos sobre mi cabeza comenzaron a explotar y un olor a quemado inundo mis fosas nasales, el aire cada vez se volvía más denso llegando a tal punto que sentía resistencia ante el viento que me encontraba, cuando, al cruce exacto del pasillo debajo de la luz blanquecina de uno de los últimos focos en función del lugar, me encontré cara a cara con una mujer de edad media, algunas arrugas comenzaban a marcarse sobre su rostro y su cuello y llevaba una cola de cabello descuidada, parecía la madre de cualquiera, pero en sus ojos se encontraban una esfera de color café claro y el metal al rojo vivo del otro lado, la mujer comenzó a reír histéricamente lo cual logró desconcertarme el tiempo suficiente para que el humo del cual escapaba abrazó mi cuerpo por completo y pude sentir de inmediato el daño colateral y al parecer la mujer que estaba a metros de mí también...

Un ardor comenzó en mi garganta y mis ojos, no era un ardor normal, se sentía como si presionara algo muy caliente contra tus ojos o si tragaras agua hirviendo, de repente el dolor se extendió hasta mi estómago, sentí unas terribles nauseas las cuales presagiaron el vómito que terminé expulsando, lo que no podía creer era que no desechaba comida, sino sangre, pero no tuve tiempo de pensar porque de inmediato mi cabeza comenzó a latir de manera horrible, mis intestinos rugían mientras sentía como más vomito se levantaba sobre mi esófago y mis músculos comenzaban a temblar, cuando mis huesos comenzaron a tronar ya estaba gritando en el suelo del pasillo, lo único que silenciaba mis aullidos eran los de la mujer la cual se removía frenéticamente en el suelo como si estuviera convulsionando, lo último que pude ver antes de que mi visión fallara fueron los zapatitos de la niña del ojo verde seguido de su voz amortiguada en el denso aire – ¡Jared!

HAB 666Donde viven las historias. Descúbrelo ahora