Inicio De Tiempo

La invitación

El pequeño bebé estaba casi dormido en su cuna cuando Lionel se acercó. el hombre se detuvo muy cerca, mirando con desprecio a ese pequeño ser indefenso. Por muy biológicamente que ese niño fuera su nieto, Lionel nunca podría considerarlo. En su mente, Benjamin no era más que una tragedia. Una vergüenza que debería haber sido eliminada.

- Lena sólo puede estar loca por pensar que eres su hijo - le dijo al bebé, que lo miraba sin comprender. - Nunca serás un Luthor.

Pudo haber sido el tono de voz usado o pura intuición, pero Ben comenzó a llorar estridentemente, como si sintiera que a este hombre no le agradaba y que no era seguro estar cerca de él.

Lena corrió rápidamente a la habitación de su hijo, justo a tiempo para ver a su padre allí. Ella lo miró con sospecha mientras sacaba a Benjamin de su cuna y trataba de calmarlo en sus brazos.

- ¿Que hiciste? - quiso saber la morena, su expresión bastante seria.

- No hice nada, fue esta criatura la que empezó a gritar de la nada.

- Benjamín. Su nombre es Benjamín - siseó, con ganas de gritar, porque odiaba la forma en que su padre trataba a su hijo. - Es mi hijo y si no lo entiendes, si no te agrada, ¿qué haces aquí?

- ¿Ahora tengo que responder por lo que hago dentro de mi propia casa? - El hombre sonrió con indignación. - Honestamente, Lena. Ya pensé que no estabas bien después de haber tomado la decisión de mantener este ... Pero todos los días veo que realmente no estás en tu sano juicio.

Lena pensó en varias cosas que podría decir, pero prefirió el silencio, ya que su bebé estaba bastante inquieto y necesitaba que se calmara. Lionel salió de la habitación y Lena se encerró allí con Benjamin, meciéndolo suavemente hasta que el bebé dejó de llorar. Y cuando se detuvo, su madre se dio cuenta de que ahora era ella la que lloraba de total frustración con su vida.

Era imposible entender cómo su padre podía rechazar a Benjamín. ¡Era tu nieto! Ver el odio de Lionel, el desprecio por su hijo hizo que Lena se sintiera aún más fuera de lugar en esa familia, destruyendo definitivamente cualquier vínculo que pudiera tener con su padre, con los Luthor. En cada momento se sentía menos perteneciente a esa familia.

Lo peor de todo, ahora además del sentimiento de no pertenecer, Lena también estaba asustada. No se sentía segura dentro de su propia casa y su miedo no provenía de su trauma, el secuestro. Tenía miedo de su propio padre, ya que era una clara amenaza para la integridad de Benjamín. ¿Cómo podría Lena seguir viviendo allí, dejando que su hijo se contamine con ese odio todos los días?

***
Kara salió apresurada de la comisaría para encontrarse con Lena luego de recibir una llamada de la morena donde lloraba tanto que la rubia apenas podía entender lo que estaba diciendo.

Tan pronto como se vieron, los dos se abrazaron herméticamente. Lena sintió un alivio inmediato al estar en los brazos de Danvers.

- ¿Qué pasó, Lena? Vine lo más rápido que pude, ¡estaba preocupado!

Cuando se rompió el abrazo, Kara miró a la morena de pies a cabeza en busca de algún signo de herida, temiendo que alguien le hubiera hecho algo. Pero aparentemente Lena estaba bien, al igual que Benjamin, que dormía en su cochecito.

- Salgamos de aquí y te lo diré.

Kara llevó a Lena lejos de la mansión Luthor. Fueron a su apartamento y Lena se llenó de alegría cuando vio el asiento para el automóvil que Kara había comprado e instalado en su automóvil para transportar a Benjamin de manera segura cada vez que se iban.

- Tu padre es ... Sí ... ¡Ah, no tengo palabras! - la rubia de anteojos escupía fuego por la nariz después de que Lena le contara lo que había pasado. - Es increíble. ¿Cómo puede alguien rechazar a esta pequeña criatura? - habló con los ojos llorosos, mirando hacia Benjamin en el carro. - Esto es demasiado absurdo. No tiene ningún sentido.