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Capitulo 23

Después de la víspera de Año Nuevo y una fiesta de Nochevieja tan animada como la Navidad, Kara finalmente se tomó un descanso del trabajo durante los siguientes treinta días. En la primera semana aprovechó para disfrutar al máximo de su familia, haciendo todo tipo de programas con Lena y Benjamin, incluyendo más salidas al cine, una al teatro, paseos por el parque y una visita a una sala de juegos. donde Kara jugó como una niña y ganó varios ositos de peluche en las máquinas tanto para el pequeño Ben como para Lena.

Sin tener que preocuparse por los horarios, la pareja se despertaba tarde todos los días, comía solo cuando les apetecía, pasaba el día en la cama o en el sofá viendo películas y series, jugando con Benjamin de todo tipo de cosas. Una tarde, Kara decidió que le enseñaría a pintar al bebé que estaba a punto de cumplir un año. La profesora de historia sabía que la idea no funcionaría, pero no se opuso. El resultado fue un desastre sin fin. Todo el apartamento estaba prácticamente manchado con pintura guash, dejada para que las mamás limpiaran más tarde. Incluso al pobre Batman se le tiñó la piel como una broma, ya que Ben insistió en derramar todo el bote de pintura roja sobre el perro. 5

La semana siguiente, Kara sugirió un pequeño viaje a Lena después de que su madre accediera a pasar el fin de semana en su casa, observando a Benjamin.

- ¿Y a dónde iremos? - quiso saber la morena toda emocionada. Había vivido una vida en la que no viajaba y la idea de viajar con su amante le parecía extremadamente romántica.

- Al cielo - le susurró Kara al oído, haciendo su camino a través del viaje.

Kara tenía la intención de llevar a Lena a la playa, lo que no le llevaría más de dos horas de viaje. Se alojarían en un sencillo hotel junto al mar y disfrutarían del fin de semana para dos, pudiendo disfrutar de una intimidad que nunca antes habían tenido, desde que Benjamín era un bebé y dependía por completo de ellos.

Llegaron el viernes por la noche a la pequeña ciudad. Lena estaba emocionada como una niña. Fueron directamente al hotel para quedarse y guardar sus cosas. Cuando entraron en la enorme habitación, Lena corrió directamente al balcón, donde pudo ver la hermosa vista del mar ...

- ¡Mira cuántas estrellas hay en el cielo! - señaló toda emocionada - Y mira esta luna llena, ¡qué cosa tan hermosa!

Kara corrió al porche y abrazó a Lena por detrás, apoyando la barbilla en su hombro.

- Ha sido una noche realmente hermosa ... ¿Qué tal si damos un paseo por la playa? - Sugiere con una sonrisa, dando un besito en el rostro de la amada.

- ¡Gran idea! ¡Vamos!

Y fueron tras cambiarse. Como hacía calor, ambos se pusieron pantalones cortos y blusas cortas, dejando sus regazos y brazos a la vista. La playa no estaba llena, pero había gente a lo lejos que también caminaba disfrutando de la noche. La pareja se tomó de las manos, entrelazó los dedos y caminó por la arena suave hacia la orilla del agua. Cuando la primera ola llegó a sus pies, Kara chilló e hizo una mueca.

- ¡Dios mío, esta agua está helada! - murmuró, haciendo reír a Lena.

La morena ni siquiera cambió su rostro cuando sintió el agua. Estaba acostumbrada a las cosas frías y no le gustaba mucho tener frío.

- Me gusta ... Está delicioso. Vamos a caminar...

Tiró ligeramente de la mano de la rubia y comenzaron a caminar hacia el lado izquierdo mientras las pequeñas y débiles olas lamían sus pies. Hacía un poco de viento, lo que hacía que su cabello suelto se balanceara y sus perfumes se confundieran.

- Han pasado años desde que vi la playa -comentó Lena. - Más aún en Estados Unidos ... Creo que la última playa que visité fue en España.

- Vaya, a veces me olvido de que estás súper viajado ...