ONE SHOTS [𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏 𝒙 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂].

𝟐: 𝙴𝚕 𝚛𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚊𝚖𝚘𝚛.

La realidad de las cosas es que una vida libre y tranquila dentro de estos muros no era algo que se le pudiera otorgar siempre a la gente y mucho menos para los que alguna vez vivimos debajo de estos.

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—Isabel, ¿en donde rayos te metiste? Siempre te estas metiéndose en problemas, ¿que hiciste?.

—Nada, solo me metí en una pelea, pero...

—¿Con quién? ¿Quién lastimó?.

—¡Déjenme hablar!.

Tras tal contestación tanto Farlan y yo guardamos silencio pero antes de que Isabel retomará la palabra la puerta sono un par de veces, los tres tomamos nuestras dagas y Farlan abrió la puerta.

Una chica apareció detrás del marco de la puerta, en su mano llevaba consigo una prenda y tras observarla identifique el chaleco de Isabel.

Me precipite a ella y la acorrale colocando mi daga en su cuello.

—¡Levi!

—¿Quién eres y que haces con eso?.

Sus nulas respuestas me hacían enojar pero antes de amenzarla me pateó la pantorrilla y me empujó levemente hacia el interior de la casa.

—Que amable forma de abrir la puerta tienen tus amigos Isabel.

Me levante y antes de acercarme nuevamente Farlan se interpuso.

—Disculpalo ______, es algo sobreprotector.

—Descuida y antes de que trate de ensartar su daga en mi cuello como quiso hacerlo hace un momento me presentaré, me llamo _____ Müller y vine a entregarle esto a Isabel.

Tras tenderle el chaleco Isabel lo tomó y la abrazo.

—Gracias, creí que lo había perdido.

—Deja de meterte en problemas y más con hombres que son del doble de tu tamaño.

—La encontré peleando con un hombre de un puesto, parece ser que la estaba acosando.

—¡Y ella le dio una golpiza, debieron verla!.

-Levi, disculpate con ella.

—¿Por qué debería hacerlo? Simplemente era prevención.

—¿Entonces no suelen recibir así a la gente? Vaya sorpresa.

—Disculpa y gracias por haberla ayudado.

—Descuiden, bueno, Isabel, nos vemos luego.

Cuando la chica se fue Isabel como se conocieron hace meses y nos contó a detalle lo que pasó hoy y Farlan me dio un ligero sermón referente al ataque contra la chica.

Tras insistencia de nuestra compañera hacia nosotros su amiga comenzó a venir para convivir tanto con Farlan y conmigo como con Isabel, a ella le agradaba la idea de una mujer más entre nosotros y es por ello que no pasó mucho para que se nos uniera, aunque ella era mayor que Isabel e igualaba la edad de Farlan y mía ambas eran inseparables, hacían de todo juntas, inclusive compartían habitación y les gustaba gastarnos bromas.

—¿Podrías dejarme cocinar en paz?

—¿Cómo puedes cocinar entre tantas cosas? Es más fácil ir lavando lo que ocupas.

—Eso puedo hacerlo al final.

—Levi deja a ______ terminar la comida, muero de hambre.

Isabel entró y me jalo rápidamente fuera de la cocina hasta el comedor, si bien la casa no era demasiado grande para los cuatro era suficiente, eramos unos ladronzuelos como solían llamarnos y una casa pequeña con un par de habitaciones es todo lo que requerimos.