❦ᴛʜᴇ ʀᴇᴀʟ ʜᴀɴ ᴊɪꜱᴜɴɢ❦

10.2K 497 523
                                    

.

.

.

.

.

.

— ¡Y Felix me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en la piscina! Pero me mintió... —bufó Minho, cruzándose de brazos. Jisung rio.

— Seguro Lixie, tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si se arrojaban a la piscina —articuló Jisung, con la vista fija en la carretera.

— Felix siempre me miente.. pero lo amo.. es mi mejor amigo... —empezó a balbucear el azabache, soltando pequeñas risas—. Pero Sunggie.. no te pongas celoso. Yo también te amo a ti.

Jisung no dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.

— Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Sunggie —le recordó Minho, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante aquella mirada de gatito, Jisung simplemente no pudo negarse.

— También te amo, hyung —. Murmuró sonriendo, ruborizado.

Minho se calló en ese momento y los que siguieron después y Jisung lo agradecía, pues no quería tener que morir de vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir a Minho en ese estado de ebriedad, donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.

Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Jisung, quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano mayor, Seungkwan, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Malasia. Sus padres le habían pedido que volviese a Incheon, pero Jisung prefiero vivir con su hermano en Seúl y, después de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos amigos, no se arrepentía de su decisión.

Salió del auto, pensando en que tendría que abrirle la puerta a Minho y llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto el mayor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hasta la entrada.

Jisung le siguió rápidamente, posicionándose a su lado.

— ¡Sooyoung! —gritó Minho, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.

— Hyung, Sooyoung noona no se encuentra aquí, esta es mi casa —le hizo saber Jisung, parándose frente a Minho, quien le miró con el ceño fruncido.

— ¿Por qué me trajiste a tu casa, Sunggie?—. Preguntó Minho, enarcando una ceja.

— No tenías donde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará —le explicó Jisung, esperando que Minho le entendiese.

Este sonrió.

— Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa... —Minho hipó—. Yo hubiese venido... si era contigo... sin importar nada..

Jisung sintió calientes sus orejas.

— No, hyung... yo... y-yo...

Minho abrazó a Jisung, acercandose demasiado a su rostro.

— Silencio, Sunggie. Despertarás a Sooyoung... —susurró Minho, mirando fijamente a los labios de Jisung, quien empezó a entrar en pánico de inmediato. ¿Y si Minho lo besaba? ¿Qué se supone que debería hacer si Minho lo besa? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?

Falofilia.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora