Capítulo seis

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— Buenos días Tae. —fue lo primero que escuchó el pelinegro cuando abrió los ojos.

Allí estaba Beomgyu, con ropa suya y una brillante sonrisa, cosa que lo hizo enojarse aún más.

Sólo lo miró antes de pararse de la cama e irse al baño, dejando al castaño oscuro confundido en la habitación. ¿Que le había picado?

— ¿Qué te sucede? —preguntó.

— No lo sé. Dímelo tú. —respondió mientras comenzaba a cepillarse los dientes.

— Bien, está bien. —bufó— ¿Tengo cara de adivino?

— No, pero apuesto que podrías adivinar dónde está Seungwoo. —salió del baño para poder mirarlo— O Yeonjun, como tú lo prefieras.

— ¿De qué demonios hablas? —grave error, respondió exaltado.

— De Yeonjun, y sobre su mágica desaparición luego de que "lo vieras entrar a casa". —hizo comillas con sus dedos. — Te estoy dando la oportunidad de que me digas la verdad. —se cruzó de brazos.

— ¿De qué verdad hablas, Tae? —su respiración se agitó.

— Habla ahora o hasta aquí llegamos, Choi Beomgyu. —su tono fue brusco, asustando con sus palabras al más bajito.

— T-Te juro que no sé nada... —su voz tembló— E-Estoy igual de preocupado que t-tú y-

— Vete de mi casa, luego te mando tus cosas. —pasó por al lado suyo sin siquiera voltear a verlo para irse a la cocina.

— T-Taehyun... ¿Por qué haces esto? —a estas alturas, su rostro se hallaba completamente bañado en lágrimas.

— Dímelo tú. Después de todo, eres quien trabaja para Soobin. —se encogió de hombros— ¿Sabes qué? Mejor no me digas nada, simplemente vete de mi casa, no quiero verte más.

Siendo honestos, no iba a dejarlo pero Beomgyu no era el tipo de persona que soltaba las cosas así nada más. Así que debería usar la presión, no le quedaba de otra.

— E-Espera no... ¡Puedo explicarlo! Pero n-no hagas esto... Por favor... —se aferró a su camiseta.

— Explícate entonces. —ordenó.

— ¡Y-Yo no sabía que era él hasta hace menos de una semana! —le respondió— Cuando Soobin me mostró una foto de él yo pensé que se parecía mucho a Seungwoo, luego caí en que él era Choi Yeonjun y se lo dije. No pensé que él estuviese buscándolo porque, duh, no tiene cara de criminal... Pero resulta que era su pareja y todas esas cosas y bueno... Él me pidió que lo llevara a su mansión. Nada más. —lo miró a los ojos— Está sano y salvo si es lo que quieres saber, no se lo habría llevado si Soobin hubiese querido hacerle daño...

Su respiración estaba agitada debido a que habló muy rápido.

— También lamento referirme a él como si fuese un objeto, pero Soobin juró que Yeonjun jamás iría a él por su cuenta y que necesitaba verlo, sólo lo dormí y lo llevé a casa, no lo lastimé porque sé lo mucho que lo aprecias y lo mucho que él te aprecia... —se escondió en su pecho.

— ¿El golpe en el rostro te lo hizo Soobin? —indagó.

— No... Acerca de eso... —hizo una mueca— Fue Yeonjun. Se enojó cuando despertó y supo que yo lo había llevado. —respondió— También me gritó por no haberte dicho acerca de mi verdadero trabajo... Y lo lamento, ya ves que no soy el oficinista que creías pero... Siempre estoy de traje...

— Bien... Este mes definitivamente fue el más intenso de mi vida, y no voy a dejarte. —abrazó al más bajito— Pero tú no querías decirme la verdad. Yo ya sé que Yeonjun está con él y que está bien.

𝐒𝐈𝐑𝐄𝐍𝐒 © soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora